La riqueza infravalorada de Laciana

ANDA últimamente bastante arriscado el tema de los llamados «cielos abiertos», que tanta cola tuvo en su día -me refiero a Leitariegos y aquellos años ochenta, lejanos ya en el tiempo pero cercanos en el recuerdo-. La verdad es que uno, al ver el intenso y agrio debate que se viene sucediendo desde hace tiempo, no sabe muy bien ya ni qué pensar. La última polémica en torno a este tema tuvo lugar en el último concejo celebrado hace unos días, el 21 de diciembre, en Villaseca de Laciana. el alcalde pedáneo, Raimundo Armesto, había convocado un concejo apenas nueve días antes, en el que habían votado 48 vecinos: 26 en contra de la explotación y 22 a favor. Pero volvió a convocar otro y la votación cambió, con 181 votos a favor, 95 en contra y 5 votos nulos. El número de votos aumentó considerablemente, multiplicándose casi por seis respecto a una votación relacionada con el mismo tema que se había llevado a cabo nueve días antes. La verdad es que resulta sorprendente el hecho de que en poco más de una semana las cosas cambien de esa manera. Un grupo de vecinos del pueblo, que se muestran contrarios a la explotación, criticaban y denunciaban que en ningún momento se había utilizado el censo electoral ni pedido el DNI a ninguno de los votantes, lo que había provocado, según ellos, que algunas personas votaran más de una vez. De momento, además, dos miembros de la Junta Vecinal, pertenecientes al mismo partido político que el alcalde (IU), han dimitido por no compartir los planteamientos de éste último. Todo este encuentro o malentendido se debe a la pretensión de la empresa privada Minero Siderúrgica de Ponferrada de Ponferrada de iniciar la explotación del paraje Los Ladrones . A cambio de unas setecientas mil toneladas de carbón brutas que, según la empresa, extraerán de este lugar, ofrecen al pueblo una suculenta cantidad económica (288.486 ¿ ), contratar a no más de diez vecinos, con un poco de suerte unos veinte, en algunos de sus grupos, y la cesión del edificio del antiguo hospitalillo de la empresa para el pueblo. De lo que aquí se trata es un tema muy distinto, totalmente opuesto, a la pretensión del alcalde pedáneo para que la explotación a cielo abierto de Los Ladrones se lleve a cabo. Se trata de que no hace mucho tiempo, el 9 de julio de 2003, el Valle de Laciana fue declarado Reserva de la Biosfera por el Comité Hombre y Biosfera de la UNESCO. Una distinción de este tipo trata de salvaguardar un área representativa, de uno o más ecosistemas no alterados por la acción humana, que requiere ser preservado y restaurado y tiene tres fines claramente definidos: conservar todas las especies existentes (algunas amenazadas de peligro de extinción, como el oso pardo cantábrico o el urogallo), los paisajes y los ecosistemas; apoyar proyectos y estudios encaminados ala conservación del medio ambiente de la zona, y favorecer el desarrollo humano y económico sostenible desde los puntos de vista ecológico y sociocultural. El espacio protegido de Laciana supone una extensión de 21.700 hectáreas, divididas en tres zonas. La primera es la zona núcleo (2.562.73 Ha), que incluye los ecosistemas mejor conservados característicos de la región en que se encuentra. En ella se integran los parajes de Muxivén, Busdongo, Alto del Reciesto y Barroso-Brañarronda. La zona de transición (1719 Ha) incluye zonas con mayor grado de intervención humana en las que los criterios de manejo y explotación afectan mínimante la actividad humana. Dentro de ella están los núcleos de población y su zona de influencia y las explotaciones carboníferas. Y finalmente está la zona tampón, que rodea a la zona núcleo y comprende 17.428,17 Ha. La empresa a la que antes me refería, tiene en proyecto, esperando únicamente a que sean aprobadas por los vecinos de cada pueblo y el ayuntamiento, unas cuantas explotaciones más (Lumajo, Robles de Laciana, Caboalles de Abajo, Caboalles de Arriba y Villaseca de Laciana). Desconozco totalmente la decisión que en los demás pueblos se ha adoptado o se va a adoptar, aunque supongo que algunos montes, como el de Robles de Laciana, se mantendrán intactos como han estado hasta hora, porque el pueblo no ha querido y el alcalde pedáneo (ahora Pepe Martínez, de IU) ha respetado, siempre, la decisión de quienes le votaron. Han sido unas cuantas las alegaciones que el pueblo ha llevado a cabo, y la empresa ha tenido que abandonar el corte de la explotación en límite del pueblo, con las capas de carbón aflorando a la luz. Creo, personalmente, que poco importa e interesa a los dirigentes de la misma la declaración del Valle de Laciana como Reserva de la Biosfera y es más, trataron de impedirlo hasta el último momento. Me temo que les da igual el desarrollo económico y la reindustralización de Laciana, el porvenir de sus habitantes, a pesar de que hace unos días daban a conocer, como toda una bomba de relojería, la próxima puesta en funcionamiento de una empresa de maquinaria pesada. Dicen que comenzará a funcionar en Las Rozas en menos de un mes, un lugar histórico que ya destrozaron hace cuatro décadas, que dará un centenar de puestos de trabajo. Si es verdad, que espero que sí, me alegro (y, sin duda, muchos también los harán) porque, al menos, darán muestra de que el protocolo de intenciones que firmaron con el consistorio lacianiego en el verano del 2001 (con Guillermo Murias, de IU, como alcalde) empieza a dar sus frutos, aunque algo tarde, la verdad. El ayuntamiento de Villablino es quien tiene ahora la última palabra. Quien debe decidir qué hacer: permitir, o no, que la empresa MSP siga arrasando los montes de Laciana como lo ha hecho hasta ahora. Creo que se debe respetar siempre la decisión que los vecinos de cada pueblo adoptan (realizando la votación de forma legal, evidentemente) en consejo público. Pero se debe tener también en cuenta, con tanta importancia o más que lo anterior, que el Valle de Laciana es una de las veintiséis zonas del país que cuentan con tal declaración y que, del mismo modo de que se nos ha dado, se nos puede quitar en cualquier momento, si hacemos las cosas mal o no hacemos nada. El actual, Angel Crespo, calificaba el pasado mes de julio la declaración como «un instrumento primordial para fomentar nuevas infraestructuras que permitan crear en la comarca sectores alternativos a la minería» y afirmaba que los recursos naturales de la zona son una «riqueza infravalorada». Lo único que le pido, a él y a los demás miembros de la Corporación Municipal, es que no sean ellos los que dicen que la riqueza natural está «infravalorada» y, después, sean los que más la infravaloran. Que cuenten con la opinión de los vecinos. Que sean conscientes de que tienen algo bueno, que se puede aprovechar de muchas maneras, y que aun estamos a tiempo de no destrozarlo y no perderlo. A ver si es así.