Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

La Diputación, imprescindible para León

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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LEÓN YA VUELA sobre las nubes. El aeropuerto de La Virgen del Camino es una realidad, según sintetizan los medios informativos. Ya se puede brincar entre el cielo y la tierra en un santiamén para caer en otros muchos puntos de España, no sólo en Madrid y Barcelona como hasta ahora. Como usuario de la línea a la Ciudad Condal santifiqué al aeropuerto de León con el mismo entusiasmo que al AVE cuando hice el viaje Madrid-Sevilla. Son signos evidentes de progreso. La modernidad en estado puro. Pero, además, es una gran promesa -¿promesa o esperanza?- porque confirman que durante este año jacobeo y bisiesto se ampliará la pista de aterrizaje para que caigan del cielo grandes reactores, y el Consorcio no ha dudado en adelantar el dinero para que lo hagan a ciegas. La niebla es como las cataratas de los pilotos. El artilugio para posarse en la pista lo iba a poner Aena. El Consorcio no se fía de la burocracia oficial y ha optado por adelantar el millón y pico de euros que cuesta. La decisión es de aplauso. Significa un importante salto cualificativo y meter en el engranaje al aeropuesto de León como regional. Y todo ello, gracias a la Diputación, que ha sido el gran motor del Consorcio que gestiona el aeropuerto de León, venciendo los obstáculos, la desgana y el desinterés de otras administraciones. Permítanme el revival: fue la Diputación Provincial, bajo la presidencia de Alberto Pérez Ruiz, la que encargó el proyecto de aeropuerto civil e inició los contactos con compañías de aviación regional. Antes sólo hubo una foto: la de los candidatos socialistas en las elecciones generales de no sé qué año, tal vez en el 82. Lucían patillas largas y pantalones de «campana». Después, otra Corporación, presidida por Agustín Turiel, construyó la pista y las instalaciones anexas. La siguiente, ya con el Señor 20 en la poltrona de terciopelo, puso en marcha los vuelos, y ésta, con el mismo diputado responsable, Martínez Majo, pretende conseguir un aeropuerto serio. Es el momento de reconocer el trabajo de la Diputación y de las sucesivas corporaciones. También de Juan Martínez Majo, que no ha doblado su criterio a las iniciativas de los predecesores. Igualmente, a la Diputación, que ha tenido que hacerse cargo de asuntos vitales para el futuro de León que otras administraciones eludían. Si dentro de dos o tres meses va a inaugurarse el CTR, es porque finalmente la Diputación lideró el proyecto. Igual sucede en servicios sociales, en estaciones de esquí y ni te cuento. Recuerdo todo lo anterior cuando hay gente empeñada en asfixiar económicamente a la institución y en negarla políticamente. Además de reconocer el nivel de méritos de la Diputación, este balcón quiere gritar el ánimo para que no baje la guardia. En el Palacio de los Guzmanes no hay dinero para propaganda e inauguraciones. Lo acumula todo Álvarez Cascos, que ya anuncia para finales de mes colocar otra primera piedra, esta vez en La Pola, hall del agujero que romperá el vientre de la Cordilera Cantábrica para preñar al Ave. La Diputación no tiene presupuesto suntuario, pero su gestión no pasa, al menos para mí, desapercibida.

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