El PSOE tiene la iniciativa

AL SEÑOR Rodríguez Zapatero le están dando hasta en el carné de identidad. Como dice un cómico andaluz, le están dejando la cara «como al portero del futbolín». Un día, por la Justicia. Otro, por las agencias tributarias. Javier Arenas, con su acostumbrada eficacia dialéctica, resumió el programa socialista en «un todo a 17». Ahora, le pegan por su política económica, que se censura por ser «demasiado de derechas». En cuanto a la educación, le reprochan que sus ambiciosas propuestas no se pueden ejecutar sin subir los impuestos, cuando el PSOE promete rebajas. Mañana o pasado le atizarán por el programa social, que también anuncia paraísos terrenales. Este clima de agresión tiene pocos precedentes. Por su intensidad, porque no hay hora en que no haya una declaración política adversa. Por su profundidad, porque los equipos de enfrente utilizan todos los argumentos y personajes posibles para ridiculizarle. Y por su dimensión, porque no es un rechazo político, sino mediático: el PP recoge argumentos críticos de los medios informativos, y algunos de éstos no tienen inconveniente en hacer suyos los argumentos de los dirigentes populares. Es tan grande esta comunión que a veces recuerda las conspiraciones que veía Alfonso Guerra en tiempos todavía menos felices. Pero que nadie se llame a engaño. Precisamente porque las cosas están así, se puede obtener una primera conclusión: Rodríguez Zapatero y su partido han conseguido la iniciativa política. En esta precampaña está ocurriendo algo insólito: el debate político se centra en torno a las ideas de la oposición, y no a las ideas ni a la gestión del gobierno. El eje de discusiones y titulares periodísticos no está en las propuestas del poder, sino en las que hace el aspirante. Más burdo todavía: ahí tenemos al gobierno ejerciendo de oposición de la oposición. Guste o no, esto desprende una imagen de estar a la defensiva. José Blanco comentó alguna vez que el mayor mérito de Zapatero es su control de los tiempos políticos. En esta ocasión lo ha confirmado: mientras los dirigentes del PP disfrutaban unas plácidas vacaciones, él inundaba España de ideas. ¿Discutibles? Naturalmente: son de un partido. ¿Utópicas? Ya lo veremos. También Felipe González le decía al actual presidente: «No me salen las cuentas, señor Aznar». Y vaya si le salieron. Hoy, Zapatero ya ha logrado su primer éxito: liderar la campaña. A partir de ahí, podrá perder el 14-M. Pero perderá con dignidad. Nadie le podrá decir que no tenía ideas que proponer.