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TRIBUNA

El real de agua o el maravedí de aqua

Publicado por
RAMIRO NÚÑEZ DE GUZMÁN
León

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UNO de los cuatro elementos componentes vitales, junto con el aire, el fuego y la tierra es el agua, del que forma parte mas del 80% de nuestro cuerpo, hasta nuestras ideas se transmiten por el agua, componente también de nuestras neuronas y nervios. El «Acueducto de las Aguas Libres», eufemismo portugués para designar la traída de aguas a Lisboa, nos trae a la memoria varios recuerdos. El primero es que las aguas esas no son libres, vienen encauzadas por canales y tuberías, y forzadas en los sifones, en todo un alarde de ingeniería hidráulica, incluyendo su estación impulsora de Barbadelhos, la primera movida a vapor , allá por el 1880. El segundo recuerdo es el que produjo en Lisboa la subida del «Rais da agua», el 1 de Diciembre de 1640, tomado como pretexto, junto con otra excusa, tal y como era una ligera subida del impuesto de la carne y el vino, que curiosamente también se llamaba «Real de agua». Con esos mimbres se tejió el levantamiento en Évora y todo el sur de Portugal. El final de ese recuerdo es la llegada de la noticia del nuevo Rey (de Portugal) a Miranda de Duero, donde sacaron el cajón donde se cobraba «el maravedí de la Agua» que pagaban al Rey (de España y Portugal), y en medio de la plaza lo hicieron pedazos. Resulta curioso que en la tensa espera, de saber si eran o no independientes, en Cataluña se declara una sublevación en toda regla, tanteando al Estado, minando sus economías y apoyándose en Francia. Y en Oporto se descargan día tras día barcos repletos de acero, procedentes de Vizcaya y hierros de otros lugares vascos, adquiridos por los ingleses, y aparecidos misteriosamente en Matosiños -barrio portuense-, para abastecer la construcción naval , necesaria para luchar contra España. Pero el caso de Lisboa, cuya agua se trae de Sintra, municipio vecino, es similar y opuesto a la vez al de Valladolid y pueblos de su alfoz, Arroyo de la Encomienda y La Flecha, por ejemplo. La primera lo toma, depura y distribuye por la capital y sólo la capital, pese a una legislación que, al contrario de la española, sí trata el agua como un bien mercantil; la legislación española no permite la venta del agua de abastecimiento público, por considerarla «bien de dominio público». El asunto se acrecienta, pasando a otras ciudades como Palencia, donde la empresa adjudicataria del Servicio, financiera por más señas, propicia, presuntamente, la venta del líquido elemento a poblaciones ajenas a su contrato, tales como Villalobón, Fuentes de Valdepero, Husillos etcétera, sin que presuntamente medien los requisitos que la norma exige en cuanto a prestación de servicios mancomunados. Venta pura y dura, surgiendo un problema de legitimación, en cuanto un vecino se niegue al pago del recibo del agua. Lo normal será ir por la vía ejecutiva, al final al embargo de bienes del presunto moroso, y para ello el embargante ha de tener título habilitante que le permita llegar a ese acto. ¿Quién embarga? ¿La empresa concesionaria del servicio de abastecimiento de Palencia o Valladolid? ¿El ayuntamiento de Arroyo de la Encomienda o Villalobón? ¿El Ayuntamiento de Palencia o Valladolid?. La pregunta seguramente tendrá respuesta, si no la ha tenido ya en algún tribunal de justicia, no obstante y mientras nos llegue a los consumidores la respuesta correcta, nos queda la duda de si los políticos de turno, los que permiten tal estado de cosas, han tenido el asesoramiento adecuado y han adoptado sus dictámenes. Como colofón me reviene al recuerdo la historia de los dos grandes fallos del gobierno de aquella época con Portugal, como fueron colocar como virreina a una estúpida e intrigante mujer, Margarita de Saboya, que ya había perdido Mantua, pero que era prima del Rey Felipe IV. El otro fue fue el nombramiento como capitán general de los Ejércitos, al duque de Braganza, primo del valido conde-duque de Olivares, y futuro Juan IV. Usando una vulgaridad podemos decir que «para guardar el corral de gallinas se puso a un zorro». Repasando el texto, ¿no encuentran ustedes analogías con los tiempos actuales?

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