Diario de León

DESDE LA CORTE

Entérate, pensionista

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FERNANDO ONEGA
León

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TENGO que pedir disculpas al gabinete de prensa del Ministerio de Hacienda: no leí con detalle la amplísima documentación que me ha remitido sobre los Presupuestos del Estado. No fue por mala voluntad. Es que esa hermosa literatura numérica se va quedando en el montón de «los papeles que algún día miraré» y ¿qué ocurre? Que un día se aprueban los Presupuestos y ya no hay nada que hacer. Después llega el texto íntegro del plan Ibarretxe. Más tarde, las propuestas de Rodríguez Zapatero. Se publican libros sobre Letizia Ortiz. Cuando te das cuenta, los presupuestos están casi gastados. Metido en esa desidia lectora, se produce lo inevitable: te sorprendes como un novicio cuando la Ser difunde las cuentas publicitarias del Ministerio de Trabajo para este año electoral: 50 millones de euros. Están en un capítulo que, para que nadie se engañe, se llama «Publicidad y propaganda». En estos tiempos de inflación puede no ser mucho: no llega a los nueve mil millones de pesetas, que es el lenguaje que entendemos los pobres. Pero tampoco es una minucia, porque en años pasados el mismo Ministerio se arreglaba con bastante menos de la mitad. Estaba yo en esa duda teológica y matemática del mucho-poco, cuando el ministro señor Zaplana aumentó grandemente mis intrigas: tan alto presupuesto se debe a una razón seria; inescrutable, pero seria: en el capítulo de «Publicidad y propaganda» se incluyen otras muchas actividades. Pero no especificó cuáles. ¡Oh, misterios de la política! ¿Cuáles podrán ser? ¿Será que ha vuelto al «fondo de reptiles» y se camufla la compra de voluntades como propaganda? Vaya usted a saber. Lo cierto es que esos presupuestos se están gastando. Y el primer comentario de justicia es reconocer que, estando los 50 millones destinados a ser repartidos durante todo el año, dan mucho de sí: los anuncios aparecen a todas horas. En poco más de dos semanas, nos han colocado todos los mensajes posibles sobre las pensiones y la creación de empleo, como si estuviéramos en vísperas de elecciones. ¿Quién ha dicho que el PP no hace campaña? No hace mítines ni presenta programas, pero se anuncia. Se anuncia con el nombre de «Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales», para que no le acusen de publicidad engañosa, cuando sólo es propaganda electoral encubierta. Y anuncia a los pensionistas que les han subido la pensión. Es una indudable labor de protección social: no sea que se olviden y vayan a votar a esos rojos peligrosos del «todo a 17». Por eso algún miembro del gobierno podría decir, como aquel asesor de imagen: «Yo no soy del Partido Popular; mi partido es la publicidad».

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