Comienza la cuenta atrás

HOY publica el BOE el Decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones generales y autonómicas en la Comunidad de Andalucía, las dos con la misma fecha: 14 de marzo. Comienza, pues, la cuenta atrás. Para los socialistas en un paso adelante, una vez cerradas todas las candidaturas, celebrado la Conferencia Política, ratificado el programa y consolidado el líder, José Luis Rodríguez Zapatero. Si alguien tenía una sola duda, la habrá despejado durante el fin de semana. Los populares ahormarán contra-reloj la composición de sus listas. Será en cuestión de días. La batalla sorduna y orgánica no será tal. Primará el dedo de Madrid. La endogamia política resolverá si Mario Amilivia será cabeza de cartel, si Ángel Escuredo repetirá como número dos, si el gran absentista Juan Morano sigue en el pedestal, si a Fernando de Arvizu le compensan por sus renuncias para retornar al Senado, o si todo cambia para que siga igual. La candidatura popular por León se mirará con lupa en la sede de Génova. Lo que digan aquí las huestes de López de Benito, o el acto berciano de fuerza, carece de valor. En Madrid buscan la humillación de Rodríguez Zapatero, derrotarlo en su circunscripción. Sería un filón propagandístico. La publicidad es un eje muy bien engrasado por el PP, aunque utilice tocino rancio. En la Conferencia Política del PSOE, Rodríguez Zapatero renunció con solemnidad a encabezar un Gobierno de coalición si no obiene más votos que el PP. Sometió la ambición política a la estabilidad y al actual modelo constitucional. Su anuncio ha dejado en bolas al PP. Ya no podrán acusarle de pactar hasta con el diablo para evitar un Gobierno popular, ni del riesgo de desintegración de España si Rajoy no logra la mayoría absoluta. Tampoco serán creíbles sus eslóganes de que el PSOE es un reino de taifas. En la Conferencia no faltó nadie. Y todos ampararon sin fisuras a Rodríguez Zapatero. Algún columnista ha escrito que Zapatero puso a todos, barones e históricos, en fila india para avalar su programa y su candiatura a la Moncola. ¿Puede alguien, del PP o de su tribu mediática, cuestionar aún el liderazgo, sólido y y rotundo, del leonés al frente del socialismo español? Si queda uno sólo es que la idiocia se ha instalado en la clase política y en la sociedad. Los tramoyistas de los medios informativos no han dejado pasar 24 horas para contrarrestar los efectos del entusiasmo rojo. Anoche, Urdaci, el que fuera jefe de Letizia, el gran valedor televisivo del PP, entrevistó a José Mª Aznar en «La Primera». La excusa es que Aznar se va y le ofrece las cámaras para que haga balance de sus ocho años como presidente del Gobierno. ¿Por qué ahora y no después del 14-M? Aznar se va, bien, pero continúa en funciones. Hasta entonces no debía, como presidente, hacer publicidad subliminal y partidaria por el PP. Es un episodio más, como la campaña del Ministerio de Trabajo que ha presupuestado 50 millones de euros para vender el «altius, citius, fortius» al Partido Popular. Soy profesional de la información y rubrico lo escrito por quienes califican el comportamiento de los medios públicos de «bochornoso».