VUELTA DE TUERCA
Amores que matan
SE CREE que el móvil han sido los celos. El hombre mató a su esposa porque sospechaba que otro hombre entraba en la habitación que compartía con ella. Hasta aquí, nada que sorprenda demasiado. Lo que ocurre es que el hombre tiene 82 años y la fallecida, de 81, era su esposa desde hace seis días. Estos elementos convierten este lamentable suceso en algo insólito que invita a la reflexión sobre lo intrincado que resulta el ser humano. Se conocieron en una residencia de Almendralejo, en la que ambos residían, y decidieron casarse cuando su horizonte vital era mucho más largo hacia atrás que hacia delante. Pero el amor no se preocupa de horizontes, ni de tiempos. ¿Cómo medir un minuto de felicidad?... En la residencia no entienden nada. Sólo se escucha: «Los celos, malditos celos».