Campaña sucia

HAN salido en tromba. Es un ejército mediático disciplinado. José Luis Rodríguez Zapatero, en la Conferencia Política socialista, dijo con rotundidad: no formaré Gobierno si no obtengo más votos que los populares. Renunció solemnemente a encabezar un Gobierno de coalición si no le legitimaban las urnas para ello. Despejó dudas que se habían elevado a la condición dogmática. Nadie, a partir de ese momento, podría acusarle de pactar con todo bicho viviente con tal de evitar el Gobierno popular, ni de apadrinar el riesgo supremo de desintegración de España si Rajoy no logra la mayoría absoluta. La declaración tuvo feliz acogida. Hasta el día después. Hasta que José María Aznar y Mariano Rajoy tocaron a rebato a sus huestes azules, que no son como las de El Cid, pero casi. Y todos, absolutamente todos, han replicado como clones lo que dijeron 24 horas antes sus generales, tergiversando el espiritu de la democracia. En democracia, las explicaciones las pide la oposición y tiene que contestar el Gobierno, responsable de lo que hace. Aquí, no; aquí nos amenaza la misma sombra que en las anteriores legislativas de hace cuatro años. El espíritu inquisitorial del PP no soporta dar explicaciones por lo que ha hecho el Gobierno, pero las exige por lo que ha hecho o dejado de hacer la Oposición. Insólito. Lo único cierto y seguro es que el PP no está legitimado para dar lecciones a nadie de honestidad política después de las mentiras vertidas por sus dirigentres, tanto en la tragedia del «Prestige», como en el accidente del Yak sembrando una ladera montañosa de cadáveres de militares españoles, o de los argumentos difusos para amparar la guerra de Irak. Los prólogos son decepcionantes. Con los lazos anteriores están haciendo la trenza de la campaña, y así va a seguir: sucia y de pura propaganda. Los antecedentes son esclarecedores: entrevista de Aznar -TVE 1, Urdaci dixit- y los anuncios institucionales del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, al servicio del PP con dinero de todos los españoles. Echémonos a temblar: en este ejercicio económico tiene asignados 50 millones de euros para mayor gloria azul. En León la campaña va a ser especialmente sucia . Y no sólo contra el PSOE, sino también contra la UPL, que ahora va a conocer las auténticas mañas del PP y de la Junta de Castilla y León. Afortunadamente, las encuestas demuestran, día a día, que es muy poca gente a la que se puede confundir con esas malas artes. La mayoría prefiere el cambio, según el Pulsómetro de la Ser del lunes pasado, que coincide con los últimos diagnósticos, otorgando cuatro puntos más al color azul que al rojo. Sin embargo, hay una franja tan grande que no la abarcan de una sóla zancada los consulting. Estamos ante unas elecciones generales, no municipales y autonómicas. ¿A qué viene, por ejemplo, subliminar el pacto de gobierno en el Ayuntamiento de León para degradar la declaración de Zapatero?. Son maniobras de distracion. Aunque merecía una respuesta demoledora: el PSOE aceptó la gobernabilidad del municipio por responsabilidad, dado que la UPL no querían verles a ustedes ni en pintura.