Los dos balances de Cascos

DEL CASCOS que anuncia que se va de la política ya bien pudiera hacerse un balance en dos columnas: a favor y en contra del propio personaje y de su gestión. Mientras para algunos llega a ser uno de los ministros de mayor relieve de cuantos han ejercido en el último cuarto de siglo, para otros es un personaje que debiera pasar lo antes posible al olvido. Álvarez Cascos llega a la gran política como secretario general del PP en el momento en que Aznar toma las riendas del partido y sucede a Fraga. Precisamente Cascos es el hombre de Fraga en Madrid, y en función de tal corta el bacalao en un partido que sueña con llegar alguna vez al poder. Al PP de Aznar y Cascos les corresponde esa tarea de adecuar, centrándolo, el partido de la derecha conservadora para suceder al PSOE en el Gobierno de la Nación. Seguidamente, y sin discusión alguna, le corresponde una de las dos vicepresidencias, la política. La otra, la económica, era para Rato, y ambos personajes tuvieron ocasión de comprobar que no estaba bien delimitado el campo de sus respectivas competencias. Cascos, sin cartera específica de la que ocuparse, reclamó en la segunda legislatura una cartera de gestión, en la que pudiera hacer algo. Ninguna mejor que Fomento, la cartera del gasto en infraestructuras. Y hubo en su primera mitad de ejercicio bastante coincidencia entre los empresarios en proclamar que Cascos «funcionaba». Luego, en los dos últimos años, llegan los tropiezos: el «Prestige» es el primero y gravísimo. Cascos se responsabiliza de mandar al petrolero a alta mar cuando ya se sabe que puede ser una catástrofe. Y luego, los socavones del AVE a Lleida y Barcelona, con los consabidos retrasos en los planes previstos. Y las no menos pavorosas cifras de elevación de precios de la vivienda. Por si no bastara esa mala racha, Cascos empieza a mostrar disensiones con la dirección del partido y hasta con el propio Aznar, cuyo anuncio de retirada pretende que se debata en el congreso del PP. Y además, surge su más reciente crisis matrimonial y aparece una novia nueva, directora de la galería de arte a la que Fomento ha hecho importantes adquisiciones de obras de arte...