OPINIÓN
Mucha, mucha policía
AL FINAL, los partidos acaban diciendo todos lo mismo. Se nota que tienen sentido común. Pero les cuesta. A veces les cuesta años. ¿Cuán tiempo llevan nuestros pobres socialistas predicando la necesidad de tener más policías? Llevan años con ese sermón. Lo llevaron al Congreso, y el gobierno nunca dio su brazo a torcer. Inundaron las redacciones con datos y cuadros estadísticos para convencernos a todos de que no se habían cubierto siquiera las bajas por jubilación. Y la opinión pública, como quien oye llover. Ser socialista en estos tiempos de España es no tener quien te escuche. Pero llega una campaña electoral, el partido gobernante tiene que diseñar una nueva frontera, y entonces no tiene inconvenientes en apropiarse de las ideas de la oposición. Y así, el equipo electoral del PP le sirve a don Mariano Rajoy la primera de sus ofertas: ¡32.000 nuevos policías en los próximos años! Uno, que es de Lugo y desconfiado, pensó que en esa cifra estarían incluidos los 20.000 que anunció el señor Aznar. Aleja de tu mente tan malos pensamientos, columnista. Ha aparecido don Angel Acebes y dijo que no; que serán nuevos; que la suma de ambas cifras dará 52.000 policías y guardias civiles. «Mucha, mucha policía», dice la canción de Sabina. Temblad, ladrones, atracadores y otros asaltantes de la propiedad: va a haber más agentes de la autoridad que delincuentes. Se os acabó esa sensación de paraíso e impunidad en que vivíais en España. Habrá miles de guardias investigando crímenes y patrullando por las calles. Milagroso: hemos pasado de no cubrir las vacantes, a abrir las compuertas de la contratación. Y como, además, se van a endurecer algunas leyes y se va a mejorar la Justicia, nos aproximaremos al mito de la sociedad ideal. Para esto, naturalmente, hizo falta que llegara un proceso electoral. Como se ve, las urnas tienen el efecto taumatúrgico de convencer a los candidatos de que el adversario puede tener razón. Lo importante es hacer lo que ese adversario dijo, pero sin reconocerle la paternidad. El resto lo pone una parte de la prensa: si quien tuvo la idea es, por un casual, el Partido Socialista, se le dice que es una propuesta irreal, una fantasía poco pensada, que conlleva una subida automática de impuestos. Pero, si lo dice el poder, la misma propuesta es razonable, asequible y seguro que cuadran muy bien las cuentas. Por eso, yo no descarto que dentro de cuatro años el PP verá bastante bien las agencias tributarias autonómicas. Ahora, no, claro. Ahora sería darles la razón a los rojos.