FRONTERIZOS
La escena regional
ANDA ALGO revuelta la escena regional, convertida en un río turbulento en el que no se sabe muy bien quién es el pescador que se lleva la ganancia. En estos días, desde algún medio de la comunidad se intenta alentar una polémica estéril en la que se toman las hojas del rábano para dejar lo más jugoso enterrado. Después de una última concesión de ayudas a la producción teatral que no dejó satisfecho a nadie y en la que se castigó de forma especial a Teatro Corsario por razones que a nadie mínimamente informado de los entresijos del oficio se le escapan, la Consejería de Cultura ha decidido reforzar esas ayudas mediante convenios específicos con tres compañías. Con intenciones no del todo claras, un medio ha intentado que éste sea motivo de enfrentamiento en un sector que, en los últimos años, había conseguido una unidad de acción, básica para mejorar sus reclamaciones y para ofrecer una voz única ante la administración. Operaciones de este tipo, articuladas desde sectores oscuros que no dudan en usar sin tino los agravios territoriales o las enemistades atávicas, pueden desmontar el trabajo de años y enfrentar a unas compañías con otras en el reparto de la miseria, haciendo un flaco favor a las posibilidades de crecimiento económico, artístico y cultural de las artes escénicas en Castilla y León. El sector teatral de esta región necesita reflexionar sobre sus condiciones artísticas, sobre nuestros públicos y sobre su capacidad para enfrentarse a los retos de un mundo pegado al moderno y falso fuego de la tribu que es la televisión. La administración debe replantarse un sistema de producciones públicas que no favorece la creación propia y facilitar cauces de diálogo permanente. Y los medios deben evitar ser portavoces de cizaña envenenada que sólo contribuye a enflaquecer más a un perro al que ya le sobran las pulgas.