LA VELETA
Escándalo Carod
EL GOBIERNO tripartito de Cataluña no es precisamente homogéneo, y si cabía alguna duda sobre su escasa homogeneidad, la ha disipado el encuentro en Francia del conseller en cap Carod Rovira con la dirección política de ETA. Nada más publicar ABC ese infortunado contacto, en el se habría acordado la inactividad de la banda terrorista en suelo catalán a cambio de alguna declaración de Esquerra Republicana a favor de la autodeterminación de todos los pueblos del Estado, estallaba el escándalo político. Aunque la iniciativa de Carod Rovira no sea directamente imputable al socialismo catalán, es bien sabido que, en coaliciones de Gobierno, el error de una de las partes afecta al todo, por lo que el president Pasqual Maragall y Rodríguez Zapatero fueron acribillados por el ejecutivo del Partido popular y por Mariano Rajoy. Rajoy instó a Rodrígez Zapatero a romper la coalición tripartita de la Generalitat por «decencia, dignidad, ética, moral y futuro», calificando el encuentro de Carod con ETA de «actuación ilegal y delictiva», por las contraprestaciones políticas que se habría derivado. El ministro Acebes habló de «situación doblemente inmoral» y urgió tanto a Carod como a Maragall a que «expliquen de forma inmediata, clara y contundente» ese contacto con ETA. Chirriaban ayer los engranajes de la Generalitat cuando Rodríguez Zapatero afirmaba que Maragall desconocía esa reunión, a la que él dedicaba su «rechazo absoluto», y por tanto «a partir de ahí yo me remito a lo que exprese» el propio Maragall. Pero «al señor Rajoy y a todos los ciudadanos les quiero decir que yo no miro para otro lado, ni digo que no me enterado», refiriéndose a la ignorancia de su adversario electoral sobre un par de asuntos que afectarían negativamente al PP. «Yo me he enterado, tengo mi opinión y la acabo de expresar: mi rechazo absoluto». «Pido disculpas si puede afectar al Gobierno de la Generalitat», dijo Carod Rovira con propósito de enmienda, al asegurar que una entrevista así no volverá a suceder. Pero al PSOE va a costarle trabajo reponerse de este nuevo tropiezo, aunque José Luis Rodríguez Zapatero ha reaccionado con prontitud y eficacia persuasiva, cogiendo al toro por los cuernos.