Mala imagen

IMAGÍNESE por un momento turista en una ciudad cualquiera. Alojado en un hotel de lujo, inicia su primera gira por los alrededores, intentando estirar las piernas tras el viaje y recibiendo así la primera impresión del lugar. Pues bien, imagínese que esa ciudad es León. Que llega a ella y se hospeda en el Hostal y que sale a dar una vuelta por los alrededores. Si se encamina hacia Eras de Renueva verá uno de los aspectos urbanos más abiertos y cuidados de la ciudad, pero si le da por girar hacia el Bernesga, entonces su primera impresión será bastante negativa. Pensará que menos mal que es invierno y así no hiede el cieno que se acumula a ese lado del hotel. No entenderá para qué sirve ese pequeño embarcadero que hay enfrente ni porqué en el antaño campo de regatas, donde entrenaron los mejores piragüistas leoneses, ahora el lodo rellena el cauce del río, especialmente después de que se urbanizaran sus márgenes. Y si nuestro intrépido visitante se asoma al otro lado del puente, el espectáculo no mejora mucho más. A unos pocos metros, ante el dique, se acumulan troncos de árboles y ramajos que arrastraron las riadas y que allí siguen de mudos recuerdos de las crecidas. Y las orillas del río, cubiertas de grandes piedras, casi desaparecen entre la vegetación. Los arbustos y los chopos crecen a gran velocidad y dan sensación de abandono. El carril bici ya está destrozado, en algunos de sus agujeros puede comprobarse que la capa de asfalto especial que lo recubre tiene apenas unos milímetros, sobre una especie de ceniza, así que no es de extrañar que en tan poco tiempo se haya estropeado, y no por el uso... También la zona destinada para pasear está cubierta de hierba, por lo que de nada sirvieron los adoquines agujereados que se colocaron... En fin, el aspecto no puede ser más desolador para el tiempo que lleva arreglado. Y esa será también la imagen que se lleven muchos de nuestros visitantes. De pena.