Diario de León

TRIBUNA

Parece que nos hemos olvidado

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CIPRIANO ZOTES
León

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DIGAMOS que el PSOE no está preparado para gobernar, tampoco es muy difícil, no hay más que ver cómo anda: Ibarra sacándose porcentajes, el socio Carod-Rovira compadreando con Josu Ternera, el alcalde de San Sebastián morreándose con el PNV... No está preparado para gobernar. Pero hay que preguntarse: ¿Lo está el PP? Porque lo del PP también es curioso. El tiempo difumina las cosas, a lo mejor hasta hace que se olviden. Y, sin embargo, hubo una huelga general por aquel decretazo. Fíjate que parece cosa de hace cien años, como si Napoleón hubiese andado por aquí cuando aquellas manifestaciones, pero no, ha transcurrido poco tiempo. ¿Y qué hizo el gobierno, que no deja de ser del PP? Desdecirse inmediatamente en todo. Como si se hubiera desautorizado a sí mismo. Mal gobierno es aquél que saca para meter después en el olvido, por muy bueno que ese olvido sea. ¿Qué credibilidad tiene un gobierno que actúa como marioneta de fuerzas ajenas? ¿O es que rectificar es de sabios? Porque para llegar a aquel final, lo mejor hubiera sido ni haber pensado en el decretazo y nos hubiésemos ahorrado huelga general y sociedad crispada. Después llegó lo del Prestige. Lo del Prestige fue la perfección en materia de incompetencia. Pocas son las formas de hacerlo peor, más chapucero, menos avispadamente. Y no vayamos a eso de que ministros y jefes gallegos andaban de caza. Supondremos que la catástrofe les pilló pegando tiros, como les podía haber sorprendido tomándose unas cañas. Pero recordemos cuál fue la solución del gobierno del PP: que el barco se largue cagando leches. Y el barco, tras un periplo de no sé cuántos días yendo, viniendo, zigzagueando, acercándose, alejándose, palo a palo con la tormenta, se partió en dos, se hundió y a la costa llegó lo que llegó. Entonces fue cuando los ministros se hicieron los locos, pelota aquí, pelota allá, hasta que a nuestro flamante candidato le endosaron el marrón. ¿Y qué hizo micer Rajoy? Embarullarse. Hablar de unos hilillos de plastilina, mientras llegaban voluntarios de todo el mundo a ver si podían limpiar la costa. Voluntarios, porque el gobierno del PP no tenía ni puta idea de qué hacer. Porque si hubiese quedado en manos de la soldadesca que envió al centro de operaciones del chapapote, Galicia seguiría siendo hoy un negrísimo alarido. Así que el PP es mejor que no se cuelgue medallas. Lo que tiene que hacer es dar gracias a los voluntarios que, ciertamente, nada tenían que ver con el gobierno, ni con el PP, ni con el ínclito Rajoy, que salía en la tele una y otra vez para contradecirse continuamente. Pero veamos. ¿Es acaso más grave el escándalo de Madrid que el desastre gallego? ¿Es, por ventura, más monstruosa la metedura de pata de Ibarra y su 5% que las toneladas de carburante que mataron las rías gallegas? ¿No es cierto que el Prestige vomitó su muerte debido a la incompetencia del gobierno? Porque fue incompetencia. ¿Qué ayuda, solución, arreglo dio el gobierno al barco herido? Ninguna. Se lavó las manos. Y el Prestige fue capaz de aguantar tres días sin romperse en medio de la tempestad, lo cual demuestra que hubiese sido factible trasladarlo a un lugar a cubierto y alojar el carburante en otro barco. No nos sirve la disculpa de que los expertos dijeron o dejaron de decir. Se supone que un gobierno debe rodearse de lo mejor, de lo más competente, y no realizar semejante chapuza. ¿Nos demostró el PP que es capaz de gobernar en ese caso? ¿Y qué hizo mientras tanto el señor Aznar, ínclita raza ubérrima, sangre de Hispania fecunda? No saber y no contestar. Y no dimitió ni Dios. Y ahora exigen dimisiones porque el tipejo Carod-Rovira ha hecho algo reprobable, muy reprobable, sin duda, traicionera, sin duda, pero no sé si tan grave como la marea de mierda negra que arruinó Galicia por culpa de una incompetencia que ahora nadie les recuerda a los señorones del PP. Y, para rematar, la guinda: una guerra. Esto de la guerra fue una cabezonada del señor Aznar, no puede entenderse de otra forma. Un 90% de la población española en su contra, pero nada. Toda la oposición en su contra, incluso alguno de su propio partido, pero nada. Y se fue a las Azores para declarar esa guerra, siguiendo a pies juntillas lo que el Tío Sam indicara. Una guerra ilegal, por mucha legalidad que busque el PP, una agresión bélica, una invasión, por muy monstruo que fuese Sadam, que lo era. ¿Y qué se ha conseguido? Muerte, inestabilidad, error tras error. Ya ni siquiera se mencionan las armas de destrucción masiva que Irak debería esconder en sus entrañas. Y otra cosa. En caso de que esas armas sean descubiertas, ¿qué hacer con los países que las pusieron allí, bien enteras o bien pieza a pieza? ¿Invadirlos también? Porque tanto peca el que mata como el que tira de la pata. ¿Bombardear París, por poner un ejemplo remoto? ¿Se auto invadirán los Estados Unidos, que pusieron armas allí hace veinte años? Daría risa, si no fuese tan grave. Y entonces el gobierno del PP envía tropas a Irak, a un polvorín, a una muerte probable y sin informar al parlamento, por cojones, y da igual que sean voluntarios o no. Un voluntario muerto es tan muerto como otro cualquiera. Pasa un tiempo y la ONU proclama que es legal desplegar tropas internacionales en ese país. Y Aznar, sacando pecho, dice: «qué, qué decís ahora». Pues podríamos decir que las tropas españolas se fueron a Irak antes de que la ONU diese su beneplácito, o sea, cuando no había legalidad alguna. Y eso es un borrón en el expediente. ¿O es que todavía vale aquello de que si ellos tienen ONU nosotros tenemos dos? Y el PP dice: el 1991, cuando el PSOE secundó la Guerra del Golfo, nosotros apoyamos sin preguntar; y ahora, el PSOE nos denosta. Señores, no sean idiotas ni nos quieran idiotizar a los demás. La guerra de 1991 fue consecuencia de una invasión iraquí a Kuwait, una guerra patrocinada por la ONU, una guerra legal, si es que, por desgracia, se puede llamar legal a la guerra. La agresión y posterior invasión de 2003 no tiene nada que ver con la guerra de 1991. Y eso de combatir el terrorismo basándose en guerras preventivas es algo que da miedo. Es como asesinar al vecino del séptimo, que tan mala fama tiene, por si acaso se le ocurriera venir a casa y matarme a mí. ¿Adónde hemos ido a parar? Y todo eso, ¿no es peor que el desorden que tiene el PSOE? ¿Es que un gobierno, el del PP, que ha venido haciendo de todo, desde una bajada de pantalones ante los sindicatos (de lo cual me alegro, por otra parte), hasta meternos en una guerra, por huevos, es digno de crédito? El PSOE tal y como está, con todos los enanos del mundo creciéndole en uno y otro lado, no me da confianza. Pero el PP, con todo lo que nos ha demostrado a lo largo de ocho años, me ofrece mucha menos. Parece que nos hemos olvidado de todo eso. Y es muy necesario tenerlo en cuenta a la hora de votar.

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