El triple salto mortal del empresario

CON ESTE ilustrativo símil circense podemos identificar el comportamiento de cientos de empresarios y autónomos de nuestra provincia y Comunidad que están librando una dura batalla en los mercados rurales. Lejos de tirar la toalla en esta apuesta por generar riqueza en el entorno rural, están demostrando tener el valor y la visión suficientes para defender sus negocios y emprender otros nuevos, aún a costa de dar peligrosas piruetas en un terreno de juego donde el rival no perdona. Analizando fríamente la situación y las condiciones en las que invierten y trabajan los empresarios de zonas como Tierra de Campos, Páramo, Órbigo, Maragatería, Montaña... y en concreto aquéllos que se dedican a actividades básicamente comerciales y no productivas, es fácil darse cuenta de las dificultades que tienen que sortear para mantener sus negocios a flote. El primer problema al que tienen que enfrentarse es el propio mercado, cada vez más reducido y más envejecido por la tendencia social a abandonar el medio rural. La despoblación vuelve a encabezar el ranking de los mayores enemigos del desarrollo económico. El déficit de servicios que padecen nuestros pueblos con difíciles comunicaciones, escasos medios de transporte público, suministros energéticos obsoletos, problemas de cantidad y calidad en el abastecimiento de agua, insuficientes recursos sociosanitarios, escasas posibilidades de formación y un largo etcétera es el ecosistema en el que habita este «rara avis» en peligro de extinción que es el empresario del entorno rural. A pesar de todo, es satisfactorio comprobar el movimiento asociativo que se está creando en las comarcas leonesas, promovido y alentado por el Círculo Empresarial Leonés, y la inquietud por experimentar fórmulas nuevas para dinamizar la actividad económica y el tejido empresarial. Buena prueba de ello es la reciente campaña de promoción del comercio rural realizada en seis comarcas leonesas y una palentina, un proyecto que ha servido de experimento para ver la capacidad de movilización empresarial y que servirá de base para realizar otro tipo de iniciativas conjuntas con fines comerciales y de desarrollo socioeconómico. A los empresarios del mundo rural les quedan pocas salidas: la calidad y la diferenciación son las dos recetas con más posibilidades de éxito, ya que la tendencia del mercado está definiéndose cada día más claramente hacia el consumo de productos de calidad, aunque impliquen un coste adicional. Por otro lado, el individualismo y la escasa iniciativa innovadora son elementos que juegan en contra de la supervivencia de las empresas y los comercios de nuestras comarcas. Desde el CEL hacemos mucho hincapié en fomentar el espíritu asociativo y en reorientar las actividades económicas tradicionales de los pueblos diseñando estrategias innovadoras pero no rompedoras con los usos y modos de vida de cada una de las comarcas. Por nuestro contacto diario con empresarios y autónomos del entorno rural, sabemos que carecen de los recursos económicos, humanos y organizativos necesarios para poner en práctica soluciones individuales. La única respuesta a estos retos pasa por la colaboración interempresarial e intercomarcal que se puede concretar en acciones concretas: programas de formación y cualificación, creación de plataformas logísticas para el suministro de materias primas, apoyo a la innovación tecnológica, fomento de la diferenciación de productos, servicios a las empresas para implantar sistemas de calidad y diseño, estudios de mercado, promoción comercial, articulación de relaciones con la administración y con los sectores de distribución... Por otro lado, el Círculo Empresarial Leonés ha pedido en diversas ocasiones una respuesta institucional a este problema a través de políticas menos teóricas y más efectivas que podrían centrarse en: fomento del asociacionismo para incrementar el nivel de competitividad, promoción de un régimen de ayudas para proyectos de interés comarcal, medidas fiscales concretas para los empresarios del medio rural, etcétera. Creemos que la administración debería poner en marcha un conjunto de medidas que compensen las evidentes desventajas de invertir en un pueblo. Como asociación preocupada por el desarrollo de la provincia de León, estamos seguros de la necesidad de intensificar y extender aún más esa colaboración interempresarial, no sólo por las ventajas económicas y organizativas que supone para las empresas sino también por el reforzamiento real y la revalorización de otras actividades desarrolladas en el entorno rural.