Tontos

ES UN viejo miedo latente: la posibilidad de que un tonto llegué al poder. No un tonto del montón, sino uno que lo sea rematadamente, que se supere a sí mismo con triples mortales y halehop. A mí el señor Carod Rovira me parece que podría pertenecer a esa categoría, pero no puedo afirmarlo, sólo lo intuyo, pues carezco de estudios en la materia, ni conozco a especímenes similares con quienes cotejarlo. Quedé claro que no me refiero al tontorrón, que todos podemos ser a ratines. No. Me refiero al tonto absoluto y peligroso, también conocido como bobo cósmico, o de récord. Pobre Cataluña, con separatistas así dan ganas de darles la razón. Acierta Bono en sus puyazos, aunque sean de trilero de la mano más rápida que la vista Y Bush, otro del gremio . Uno había escuchado que en esta vida todo se podía perder, hasta la razón, pero liar una guerra por unas armas que no aparecen ni debajo de la alfombra, eso ya, es demasiado extravío. ¿Por qué no tronaron las alarmas cuándo este señor se presentó a sus primeras elecciones?  Ahora encarga una investigación para saber si el servicio de inteligencia que realizó el informe sobre las hipotéticas armas  es tal o hay que cambiarle el nombre. Y como no hay mayor listo que un tonto resabiado, el resultado de la misma se dará a conocer después de las elecciones. En fin ¿cómo se diferencia a un tipo así antes de que sea demasiado tarde? Es una pregunta para remitírsela a la Universidad de Princeton. En la biografía oficial de Bush, editada por la Casa Blanca, se le define de «conservador compasivo», por su labor como gobernador de Texas. Sí¿ ¿tienen los partidos filtros eficaces para salvarnos y salvarse de los tontos? Eso ya es una respuesta para listos.