Un café en París

LA ESCENA podría ser de guión postmoderno para una nueva versión de la película Romeo y Julieta. Una pareja -chico/chica, que ahora hay otras parejas, además de la también tradicional de la guardia civil- vuelan a París. «Estás loco», dice la joven poniendo ojos de cordera asada; «estoy loco por ti», le responde el compañero, también con ojos llenos de amor y de lujuria. Y el fogonazo publicitario de la compañía aérea llega inmediatamente: «Vuele a París por 65 euros». Otras ofertas te invitan a Londres, a Amsterdam o a Nueva York. ¿A quién no se le hace la boca agua ante la posibilidad de tomar un café en la plaza Saint Michel parisina por 65 euros?. Las salidas para todas las ciudades y países es desde Villanubla, Valladolid, aeropuerto que la Junta de Castilla y León se empeña en publicitar como el estandarte aéreo de la Comunidad. El consejero de Fomento, Antonio Silván, lo dijo anteayer mismo: «Valladolid puede presumir de tener un aeropuerto moderno y competitivo». Cuenta con el sistema de aproximación ILS y está estudiando colocar otro más avanzado. Sirva este introito para analizar el resultado de la entrevista mantenida por el presidente del Consorcio del Aeropuerto de León, Juan Martínez Majo, con la cúpula de Aena. Acudió a Madrid con las manos llenas, pero regresó sin el compromiso cierto de agilidad para la instalación del ILS, que debe ser algo así como poner «rayos X» en los ojos de los pilotos, un artilugio tecnológico que favorece los aterrizajes de aeronaves con niebla y en otras condiciones adversas de visibilidad. Martínez Majo regresó, no diré que con las manos vacías, no; obtuvo la certeza de que la ampliación de la pista, ya adjudicada a Dragados, estará concluida antes de la fecha prevista. En lo demás, sólo buenos modos y pomesas. La cooperación en el Consorcio del Aeropuerto de León es modélica, sobre todo por parte de Diputación y Ayuntamiento. Hace más de dos meses acordó adelantar el dinero para instalar el sistema ILS. No quiso esperar a que Aena elaborara sus presupuestos para este ejercicio. A eso se llama máxima disposición. Sin embargo, Aena no acaba de autorizar la operación. Se refugia en estudios globales unas veces y en individualizados otros, para alargar el proceso. Una actitud que mosquea en León, sobre todo tras ponérselo como a Fernando VII. No es posible una colaboración más firme, cierta y leal. ¿Qué organismo va con la pasta por delante?. El Aeropuerto de León, con dos compañías operando, Air Nostrum y Lagun Air, continuará creciendo, sin duda. Pero aún estamos lejos de volar a otros países sobre las nubes por cuatro perras. De momento, aquí podemos festejar ir a Valencia por menos de 50 euros y en menos de dos horas. Y nos parece un milagro. Sería el colmo de la paradoja que el desarrollo del Aeropuerto de León se estuviera posponiendo cuando el consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León, Antonio Silván, y el presidente de Aena, José Eladio Seco, son leoneses.