SIETE DÍAS
La campaña electoral lo invade todo
LA POLÍTICA lo impregna todo. Es difícil sustraerse a la frenética actividad de los políticos, que han provocado la desaparición, de hecho, de la fina línea, pero división al fin y al cabo, que siempre separó precampaña y campaña electoral. Si Cascos visita León para inaugurar el comienzo de las obras del Ave en la conexión con Asturias, resultan evidentes sus fines electorales; si el PSOE y la UPL dan un paso en el reconocimiento de los derechos de los homosexuales, también se interpretan objetivos claramente propagandísticos. La crisis del PP del Bierzo, que de momento se ha saldado con la dimisión del secretario provincial del partido por haber sido excluido de las listas, tiene como única explicación ambiciones personales de poder. Escuredo anunció su dimisión obligada con un portazo. En su marcha, quiso romper la nariz del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, porque éste no le prestó apoyo suficiente para que Rajoy le perdonara la afrenta del Hostal de San Marcos. Demasiado burdo. La adalid de Escudero, Fátima López Placer, se extralimitó. En política la mejor forma de conseguir algo del jefe no es espetándole amenazas en público: Seremos tu pesadilla en la campaña electoral si no incluyes a uno de los nuestros en la candidatura, vino a decir López Placer en el encuentro convocado en León para mayor gloria del aspirante a la sucesión de Aznar. A Rajoy no le quedaron salidas. Estaba obliga dio a decir que no. Y Herrera también lo entendía así. El principio de ejemplaridad se imponía. Ni siquiera le dejaron salida a Mario Amilivia, que con criterio de ecuanimidad resaltó la excelente trayectoria política de Escuredo como alcalde de Toral de los Vados, diputado provincial, procurador regional y diputado nacional, pero al mismo tiempo le quitó la razón a su compañero de partido sobre la critica que realizó contra Herrera. Escuredo había acusado a Herrera de apartar de su lado a los políticos que mantienen un tono reivindicativo en favor de su tierra. Escuredo sabe que ese no es el motivo de su actual ostracismo, sino el no haber sabido exigir sin dar espectáculo público. Ahora el PP ha procedido al relevo. Un trámite que ha cubierto Valladolid con la vista puesta en el próximo Congreso Provincial. Eduardo Fernández se ha convertido en el comodín de la crisis, primero como candidato berciano a las generales y ahora al ocupar el puesto de secretario provincial. El PP necesita recomponer sus filas después de las elecciones. En la actualidad, el agua con apariencia mansa que impone las elecciones, no oculta el movimiento de los cocodrilos bajo la superficie. Esta es la lección que no supo aplicarse Escuredo y que otros, sin embargo, recitan ahora con rostros de circunstancias. Francisco Alvarez Cascos visitó una vez más la provincia y lo hizo, como es ya inveterada costumbre, para una inauguración. En este caso no se trataba de una obra terminada sino del comienzo del ambicioso túnel ferroviario de Pajares, una obra de gran transcendencia tanto para León como para Asturias. El ministro invitó a los periodistas a presenciar la colocación de la primera dovela, primera piedra en lenguaje ferroviario. La Junta Electoral Provincial prohibió la convocatoria por entender que el ministro utilizaba su cargo para hacer campaña electoral en favor del PP. Horas más tarde, la Junta Electoral Central invalidaba el pronunciamiento de León y autorizaba el programa previsto. En realidad, tampoco es que importara mucho, porque precedentes existen y ya Cascos había anunciado que nadie le podía impedir, en un país que reconoce la libre circulación de personas y mercancías, visitar las obras. Lo de menos es si en la foto al final salía con paleta de albañil en ristre o no. En todo caso, hay que convenir que Alvarez Cascos pasará ya a la historia como el mejor ministro de Fomento para León. Sin duda en ello tiene mucho que ver su ambición por dotar a Asturias de mejores infraestructuras, pero en todo caso resulta evidente que los últimos cuatro años han resultado espectaculares para nuestra provincia. Y si nadie lo para, lo iniciado por Cascos permitirá poner a León a la altura de otras regiones españolas, cuya transformación en materia de comunicaciones se inició veinte años antes. Las nuevas circunstancias que rodean la política europea, otorgan un valor mayor a las obras ejecutadas hasta ahora. En realidad nos encontramos ya ante el último tren de la modernidad. Como advertíamos el pasado domingo en esta misma página, Europa recortará de forma drástica los fondos destinados a España y a Castilla y León. Los fondos de cohesión (destinados a los países) se suprimen porque España ha superado el 90 por ciento de la renta media de Europa. Los fondos estructurales (destinados a las regiones) se reducirán por encima del 75 por ciento porque Castilla y León ha superado el 75 por ciento de la renta media europea. Y ya se sabe que no hay cosa más injusta que la estadística, que comete la falacia de equilibrar a pobres y ricos de forma matemática que no efectiva. Ahora se abre un plazo superior a un año para que los países presenten alternativas a la propuesta de la Comisión Europea, pero ya el comisario Barnier ha adelantado su escasa receptividad a modificar una propuesta que inicialmente cuenta con el respaldo de todos los miembros del «gobierno europeo», incluidos los comisarios españoles Loyola de Palacio y Solbes. El colectivo homosexual entra también en campaña. El Ayuntamiento de León ha pedido al Gobierno que autorice los matrimonios homosexuales, de parejas constituidas por dos mujeres o por dos hombres. La moción fue presentada al Pleno por el PSOE y La UPL, socios de gobierno. El Partido Popular eludió el compromiso mediante la formula de la abstención. El Colectivo de Gais y Lesbianas expresó su satisfacción por el acuerdo y criticó la actitud de los concejales del Partido Popular, que no quisieron estar a la altura de sus compañeros de partido en el Ayuntamiento de Logroño. Es evidente que en el PP existen diferentes sensibilidades. La iniciativa pone broche a una semana de amor entre la UPL y el PSOE. Ambos partidos escenificaron una prueba de amor orquestada para despejar dudas sobre la fortaleza del pacto de gobierno después del nuevo episodio en la crisis de Villaquilambre. Los seis concejales socialistas y los tres del PP han presentado una moción de censura en contra del alcalde del municipio vecino de la capital, el leonesista Lázaro García. Salvo sorpresa por el hipotético cambio de criterio de alguno de los concejales censores, el nuevo alcalde será el socialista Miguel Hidalgo. El PSOE se apresuró a descalificar al equipo de sus propias siglas y a pedirle al aspirante a regidor municipal que renuncie a su acta y a su sueldo de diputado provincial. Lo primero ya lo ha hecho. A lo segundo se niega. El líder de la UPL, Rodríguez de Francisco, ha desvinculado la crisis de Villaquilambre del pacto en el Ayuntamiento de León, pero pidió más que palabras. Un gesto. Y la respuesta fue contundente. Los seis concejales han sido expulsados del PSOE por decisión de la Ejecutiva Federal. ¿Cabe mayor prueba de amor en el pacto de León?