SOMOS LEGIÓN
Que esos majaderos no nos confundan
UN PAÍS puede estar algún tiempo soportando a unos idiotas pero no puede estar permanentemente soportando a unos idiotas y, aún menos, puede permitirse que esos idiotas condicionen los esquemas sociales y políticos sobre los que basa su convivencia. ETA ha estado demasiados años marcando pautas políticas, gobernando vidas y haciendas, gracias a la cobertura social de que ha disfrutado, y todavía disfruta, en el País Vasco y gracias también a la cobarde connivencia con el ladino nacionalismo llamado moderado que sólo ahora, con casi un millar de muertos encima, empieza a llamar las cosas por su nombre; obligado porque se ha quedado completamente desnudo ante su perseverante ignominia. No es tiempo de utilizar el diccionario para buscar palabras políticamente correctas sino de llamar a las cosas por su nombre. El último comunicado de esa banda de desequilibrados es, fundamentalmente y por encima de cualquier otra consideración estratégica, una ridícula y profunda memez. Una chorrada descomunal, escupida por dos majaderos que esconden su estupidez debajo de una máscara porque, aunque tengan una pistola en el sobaco, no tienen narices de dar la cara. Por favor, lean el comunicado entero, no se lo pierdan. «Cataluña y Euskal Herria son dos naciones oprimidas¿» (¿) «Euskal Herria y Cataluña son las cuñas que están haciendo crujir el caduco entramado del marco institucional y político impuesto». Acojonante. La cuestión es sencilla. Basta de hacer el juego a estos mentecatos. Todos sabemos a estas alturas en qué son especialistas: en el arte de amputar y en el arte de confundir para que absolutamente todo se reconduzca hacia sus intereses y objetivos. ¿Por qué una mentecatez de este calibre, propiciada por ese irresponsable simplón que es Carod, debe conmover tantas estructuras? Sería exigible más calma y prudencia, más generosidad y más inteligencia. Y, al menos, a primera vista, no parece que estén abundando estas cosas. Lo que busca ETA es abrir brechas. Es una burda y vieja estrategia que por lo visto sigue dando resultado. Maragall tiene delito pero tiene también razón cuando dice que hay que desactivar juntos este mensaje -bomba. Cuanto antes.