Doble vara

VAMOS A VER lo que ocurre con la próxima manifestación antiterrorista que convoquen el PP o sus aledaños, después de lo sucedido en Barcelona. Hasta ahora, el PP despellejaba vivo a todo aquel que no acudía en posición de saludo a sus convocatorias. Que se lo pregunten, por ejemplo, al socialista alcalde de San Sebastián. A partir de ahora, ni rastro de autoridad moral para exigir a nadie que acuda a sus convocatorias, a las que todo el mundo podrá tildar de pantomimas y de actos partidistas y electoralistas, como ellos acaban de hacer con la concentración de Barcelona. Y en cuanto a lo de pantomima, me reservo mi opinión para mejores tiempos. Espero que ni un solo español sensato se crea eso de que ellos tienen la razón y todos los demás están equivocados. Eso es un imposible metafísico, además de una inmensa metedura de pata política. Son demasiadas las meteduras en las últimas semanas y en los últimos días, y todas las solventan con el den por no dicho lo que dije o den por no hecho lo que hice. Es una fórmula que ellos jamás han permitido ni permiten a los demás. Fuera de su campo, quien comete un error o dice algún disparate, tiene que pagarlo con la dimisión y con la vergüenza pública. Y ellos, o silencio absoluto de unos, o unas palabritas blanditas y descomprometidas y a otra cosa mariposa. Y en cuanto a lo de hoy, ¿tienen ustedes presentes cómo se ponen los del PP cuando a alguien se le ha ocurrido insinuar que hacen partidismo o electoralismo con lo de la lucha antiterrorista? Pues es lo que ellos acaban de achacar a todas las demás fuerzas políticas democráticas y aquí no pasa nada ni se hunde el mundo. La doble vara de medir como procedimiento sistemático de practicar la política. Y así durante años y años, aunque hay que reconocer que ahora están batiendo todos los récords.