El valor de las encuestas

LA FOTO se hace cada vez más fija. Cuesta desalojar al poder. Ocurrió durante las legislaturas en las que gobernó el PSOE y ocurre ahora. El PP está pegado al poder en el gobierno de España y el PSOE se asienta muy cómodo en Andalucía. Sin embargo, la paradoja se produce en el número de personas que manifiestan su preferencia en una victoria socialista, a pesar de que creen que va a ganar Mariano Rajoy. El electorado está cansado del PP y ese es el primer indicio de que la alternancia ya está en marcha. Existe una ola de descontento con la mayoría absoluta. La siguiente paradoja es que a la gente no le gusta la crispación pero la crispación ha servido para ganar. Quizá, como todo en la vida, la tensión tiene una medida que estimula y el exceso se hace insoportable. El caso es que hay nervios en este tramo de la campaña porque los revolcones electorales no son imposibles, aunque sí improbables. La cuestión se cifra ahora en el tamaño de la ola de los que no quieren mayoría absoluta. Este factor de rechazo puede movilizar a la izquierda -que tan exquisita se pone para una erección electoral- y puede desmovilizar a una parte del centro, que en situaciones normales sería conservadora y, ahora mismo, lo que está es un poco cansada de «aznarina». El gran perdedor de estas elecciones se atisba en Izquierda Unida. Gaspar Llamazares se ha dado cuenta del «sorpasso» que le puede devolver el PSOE como voto útil en recuerdo de aquel té que se tomaron José María Aznar y Julio Anguita en casa de Pedro J. Ramírez para sacar a Felipe González de La Moncloa. La encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) está «cocinada», que en el argot de los sociólogos quiere decir que se han inquirido en ella las intenciones ocultas y se han adjudicado los indecisos que supuestamente van a votar. Probablemente tiene una gran calidad técnica y una cariñosísima dependencia política. Para mí es sólo un síntoma de que el PP pierde parte de los votos que obtuvo y el PSOE recupera algunos. Los datos concretos, el día 14 por la noche. Los sustos, difíciles, pero no imposibles.