Conjugación

YO INAUGURO, tú te manifiestas, él se compromete, nosotros..., y así se va conjugando el verbo electoral en estos días en los que los escépticos, también denominados «indecisos», somos material codiciado. De las últimas inauguraciones, uno se queda con la del Auditorio de Cubillos, que también ha abierto sus puertas en estos días con más abundancia de políticos que de artistas. Y piensa uno en lo buena que es la presencia de este nuevo espacio y en lo que pueda tener de contagioso para otros municipios de la zona. Y no quiere uno pensar que ocurra con estos edificios lo de la fiebre de las casas de cultura de los ochenta, reconvertidas en muchas ocasiones en bares donde la tercera edad juega a la subasta con su tristeza y el único material impreso disponible es el Marca . Y recontando la disponibilidad de espacios en Ponferrada, en Villafranca, en Bembibre y ahora en Cubillos, más los que puedan -y deban- crearse en Fabero, en Toreno, en Cacabelos o en Camponaraya, y añadiendo a ello otros puntos de carácter histórico como el Monasterio de Carracedo o el de Vega, se pone uno a divagar sobre la belleza de un futuro festival pan-berciano que convirtiera a esta comarca en un Avignon del noroeste, en un Edimburgo hispano con bandas de gaitas escocesas tocando para los fantasmas del castillo de Cornatel y con Peter Brook montando un «Hamlet» en el claustro húmedo de San Pedro de Montes, y todo lleno de turistas cultos y pudientes que pidieran en inglés un mencía para acompañar el plato de cecina, que esto de alimentar el espíritu acaba despertando otros apetitos de los confesables y de los inconfesables y... Y eso, que yo inauguro, tú te manifiestas, él se compromete y nosotros nos conformamos con soñar con lo imposible.