EL BALCÓN DEL PUEBLO
Cuatro días decisivos
YA NO quedan días para más chequeos e intoxicación. El tiempo legal para publicitar los consultings ha concluido. Y en el límite mismo, aunque con algún punto de distancia, tanto Sigma Dos como el Instituto Opina, coinciden en que los socialistas están remontando, en tanto que los populares no consiguen detener su descenso. Si se mantiene la tendencia en los cuatro días que restan de campaña electoral no es descabellado pronosticar un empate técnico. O casi. Las horquillas que dejan abiertas las consultoras son tan frágiles que dudo mucho podrían sujetar la trenza del pelo de las candidatas, dicho sea en honor de ellas, que ayer festejaron sus reivindicaciones. La campaña del PP flojea cada día más, en tanto que la protagonizada por Rodríguez Zapatero es ilusionante y creíble. ZP ha dado la talla. No hay que reprocharle ni un sólo resbalón hasta la fecha. Mariano Rajoy, por el contrario, no. Está triste, plano y distante. Ni siquiera le ha motivado la implicación de José Mª Aznar, recurriendo al insufrible sermón político del caos, al miedo, a la incertidumbre de las pensiones, a las dos Españas y al añadido de Carod Rovira. Ha sido -sigue siendo- la gran estrella invitada a los mítines de Rajoy y de Aznar, así como de todos sus teloneros. El PP ha querido taponar todos sus errores con la bajura necia de Carod. Y también ninguneando a Rodríguez Zapatero como líder sin solvencia ni autoridad orgánica. Al valedor de la tesis tenían que suspenderle de empleo y sueldo, no por un par de meses, sino para la eternidad. Yo creo que han pinchado en hueso. Han diseñado una campaña de baja intensidad (no debates, ruedas de prensa sin preguntas, la guerra de Irak fue virtual, el Prestige un accidente sin más, los muertos del Yak-42 no hablan ...) y los ciudadanos no se resignan. No admiten esa prepotencia y, sobre todo, la negación de la verdad. Concluyó, digo, el tiempo de los consultings y enfilamos la recta final de la campaña electoral. Ayer el PSOE presentó el plan especial para el Oeste de la Comunidad (León, Zamora y Salamanca), una parcela territorial que José Folgado, Secretario de Estado de Energía en funciones y candidato al Congreso por el PP zamorano, supone la resurrección del «viejo Reino de León». El plan presentado es un reconocimiento implícito a estas tres provincias. Necesitan una transfusión de energía, de vida. La prueba contundente es la despoblación que han sufrido, sobre todo León, cuyos ahogos en el último medio siglo superan los cien mil habitantes. El plan presentado en León contempla un amplio abanico de medidas en todos los órdenes. En infraestructuras, además de la Vía de la Plata y la autovía León-Valladolid, recoge el sueño de acortar las distancias entre León-La Bañeza-Braganza, vía rápida a la que la Junta de Castilla y León se ha negado a contemplar hasta hoy. Partiendo del conocimiento de los problemas se pueden dar soluciones. En cambio, cuando los problemas se niegan, como hace el PP, ni siquiera se buscan. La pérdida de población es la radiografía que diagnostica la realidad de la Comunidad. Muy preocupante.