Diario de León

TRIBUNA

Votando desde aquel 1977

Publicado por
VALENTÍ PUIG
León

Creado:

Actualizado:

QUIENES esperaban una transición democrática con ímpetu revolucionario acabaron luego en las soledades del desencanto. Eran, en general, los intelectuales que desde la convulsión patética de mayo de 1968 habían esperado su oportunidad para ponerlo todo patas arribas. Afortunadamente, la sociedad en su conjunto viene votando con un tino ejemplar, sabiendo instintivamente separar el grano de la paja. Así votó a favor de la Ley para la Reforma Política. Con esa ley en mano, los españoles acudieron a los colegios electorales en el año 1977, primeras elecciones democráticas desde 1936. En fechas previas, el terror de uno u otro signo intentaba echarlo todo a perder. Hubo la matanza de Atocha y el Grapo asesinó al teniente general Villaescusa y a cuatro policías. Con el partido comunista legalizado, ETA militar asesina al ex alcalde bilbaíno, Javier de Ybarra, y en Barcelona Terra Lliure mata a José María Bultó. ETA había resurgido en 1976, matando al presidente de la Diputación de Guipúzcoa. En junio, la UCD de Adolfo Suárez ganaba las elecciones. Aquellas Cortes fueron constituyentes y el plato fuerte de la legislatura fue el modelo territorial del Estado. La crisis económica omnipresente obliga a ir a los pactos de la Moncloa. Ahora, en el año 2004, la situación económica es distinta afortunadamente, pero tanto el plan Ibarretxe como el gobierno autonómico catalán proponen revisiones sustanciales del modelo territorial expresado en la Constitución. El gran consenso constitucional fraguado en aquellas Cortes de 1977 y avalado por referéndum es cuestionado en profundidad. Están en el alero los estatutos de autonomía para Cataluña y el País Vasco que iniciaron su andadura en octubre de 1979. Aprobado el texto constitucional, las Cortes son disueltas y de nuevo UCD gana las elecciones generales. Un mes antes ETA comete cinco asesinatos. En aquel instante la economía recibió una carga de profundidad: la segunda crisis del petróleo. El crecimiento vivió un frenazo y el incremento del paro llegó al vértigo. La UCD cayó en crisis convulsa y Adolfo Suárez perdía sostén. La votación de investidura de Calvo Sotelo fue la oportunidad elegida por Tejero para su macabra intentona. Los esfuerzos de la presidencia de Calvo Sotelo por inyectar estabilidad a la situación política fueron infructuosos. Iban a llegar las elecciones del «cambio» en octubre de 1982. ETA asesinó a nueve personas. Con la crisis de UCD y una cierta contribución de los ritmos históricos, el PSOE arrolló como iniciativa de renovación política y social. Comenzaban los años del felipismo, con 202 escaños y diez millones de votos. Durante ese largo período, el centro-derecha pasó por un sinfín de metamorfosis y liderazgos, eclipsada la UCD y en incierta emergencia la AP de Fraga. González tuvo el acierto de poner la economía española en manos de Miguel Boyer y convocó el referéndum para la permanencia de España en la OTAN. ETA mataba con intensidad. Aparece la estrategia de «guerra sucia». A aquel PSOE se le ve hegemónico, «partido natural» de gobierno, sin oposición distintiva. Hubo seis asesinatos de ETA poco antes de las elecciones generales de 1986. El PSOE bajó en votos pero su mayoría absoluta quedaba más que garantizada con 184 escaños. En esa legislatura, la política económica no se define por grandes aciertos. Crece el paro y el sindicalismo se enfrenta al ejecutivo. El mecanismo de cambios del Sistema Económico Europeo entra en descomposición. Asoman los casos de corrupción en el ecosistema del felipismo. Así se llegó a las elecciones generales de 1989. ETA continúa matando. Aznar es el nuevo líder del centro-derecha, rebautizado como Partido Popular. El PSOE pierde votos aunque se garantiza 175 escaños. Para el felipismo esa fue una legislatura altamente azarosa. El encarnizamento político predominará en la campaña electoral de 1993. El PP huele a poder, pero el felipismo permanece en el gobierno con una mayoría relativa que será reforzada por los votos de CiU. Con Solbes la política económica obtiene aciertos pero comienza un deterioro irrebatible del gobierno socialista. El hemiciclo cambia con las elecciones de 1996. Antes ETA asesina a Fernando Múgica y al profesor Tomás y Valiente. Eran los tiempos del secuestro del burgalés Ortega Lara. El PP podrá gobernar, pero necesita los pactos del Majestic con CiU. En la lontananza está el euro. Con las políticas de privatización y liberalización, la economía española, en manos de Rato, se aproxima a los requisitos del pacto de estabilidad. Estella quiebra la integridad del modelo territorial. En grado diverso, el soberanismo se intensifica en los nacionalismos vasco y catalán. Reaparece el más grande forcejeo y con las elecciones del año 2000, el PP obtiene la mayoría absoluta. Durante aquella campaña, ETA mata al socialista Bueza y a un «ertzaina». Esa es la legislatura de la creación de empleo y de la rebaja de impuestos, del Prestige y de la guerra de Irak. José María Aznar anuncia que no será candidato una vez más. Llega la campaña electoral y el terrorismo interviene de nuevo con la matanza de Madrid. Es una historia cuyo final no está escrito.

tracking