DESDE LA CORTE
El concejal de Palas de Rei
¿QUÉ hay detrás del triunfo político? Lo primero, un cuerpo social. Si Rodríguez Zapatero no tuviera un bloque social dispuesto a votarlo en masa, seguiría en la oposición. Y lo segundo, un equipo técnico que analiza la realidad, estudia al adversario y diseña y aplica estrategias. Es la base que sostiene al líder y prepara sus caminos. Normalmente se trata de personas sin excesiva proyección pública, de gran capacidad de trabajo y se distinguen por su capacidad de observación y análisis. En el PSOE, ese «equipo en la sombra» está representado por un político lucense. Se llama José Blanco. Su origen político fue modesto: una concejalía en Palas de Rei, municipio rural de la provincia de Lugo. Su designación como Secretario de Organización sorprendió a todo el mundo, porque su labor no había sido mostrada nunca ante las cámaras. Y llegó a hacerse popular durante el tiempo que fue portavoz de la Ejecutiva del PSOE. Hoy, media España le conoce como «Pepiño»; Pepiño Blanco. Lo que ignora esa misma España es que tuvo un papel fundamental en el Congreso del partido que eligió a Zapatero. Y tuvo un papel básico en la campaña de las últimas municipales. Y le corresponde una buena parte del éxito en la victoria del 14-M. José Blanco ha sido el cocinero de la campaña. Y aunque su discreción nunca le permitirá reconocerlo, es el hombre que a base de tenacidad, esfuerzo y fe en el proyecto fue llevando poco a poco a Zapatero a la cumbre del poder. Al principio, tenía de Blanco la imagen tópica: una persona algo torpe, no ayudada por su aspecto físico. Me sorprendió su imaginación. Me deslumbró el aná lisis previo a las últimas elecciones vascas: fue el primero en ver que la agresividad del PP y el seguidismo del PSOE sólo beneficiarían al nacionalismo. Le escuché anunciar que el PSOE ganaría las locales por 300.000 votos, y erró en menos de cien mil. Y cuando faltaba un mes para las generales y Zapatero recibía negros vaticinios, profetizaba: «si llegamos a la campaña a tres puntos, podemos ganar». Cito estos recuerdos como testimonio de sus certeros análisis. Por eso, cuando leo y escucho crónicas que lo menosprecian, digo: ¡qué poco le conocéis! A fecha de hoy, yo no imagino al Zapatero ganador sin el trabajo de Blanco detrás. Como Felipe decía de Guerra, hoy Zapatero podría dibujar así a «Pepiño»: «él cocina los platos, yo los sirvo». Ayer dijo que ya tenía colmada su ambición política. Pero Zapatero le podría replicar lo mismo que Boby Deglané a sus oyen tes de radio solteras: «porque usted quiere».