Árboles

CON LA primavera a la vuelta de la esquina todavía hay en calles y plazas árboles sin podar. Supongo que tendrán ahora un año de envejecimiento sin el renuevo de ramas jóvenes que les den fuerza. En cambio otros árboles han sido podados, cuando ya asomaban los brotes, por lo que este verano no creo que den mucha sombra. Por otra parte he visto que en alguna calle se han plantado los árboles que faltaban, por lo que aprovecho para recordar que en Ramiro Valbuena, frente al número 6, en el chaflán, hay un par de huecos esperando que planten su árbol. Cuando se pongan debería colocarse algún tipo de protección para que sobrevivan, pues se suelen plantar varas tan finas que al menor empuje los desaprensivos las tronchan. Siguiendo con lo forestal, en torno a las Navidades vi que en el cementerio se cavaron hoyos en los lugares en los que faltaban árboles. Pero lo curioso es que en visitas mensuales posteriores observé que todo seguía igual: el hoyo abierto, el montón de tierra al lado y sin nuevo árbol. Ayer comprobé que los huecos se habían llenado y había nuevos cipreses, que espero que prendan antes de que los calores y la sequía estivales les hagan más difícil sobrevivir. También hay que felicitarse de que las obras de la avenida de San Froilán sigan su ritmo, lento pero seguro, ya que durante el invierno hemos tenido que soportar el barro. Ahora se puede transitar por las aceras, aunque no estén todavía terminadas, pero espero que pronto también se concluya la calzada y todo ofrezca el mejor aspecto. Para Todos los Santos, los accesos se habrán completado y se estará lejos de la deplorable imagen que ofrecía en su última celebración, con el consiguiente desvío. El remozamiento del cementerio no debe olvidarse y, poco a poco, se puede ir realizando, como se ha hecho hasta ahora. Realmente es una manera de no olvidarnos de los seres queridos.