Tropas de refresco

NO ES lo mismo gobernar que mandar. Lo primero es más difícil porque se fundamenta en el buen juicio y en la autoridad bien entendida. Lo segundo estriba en un juicio nebuloso y desequilibrado y se justifica mayormente en el «se va a enterar» o así. Burda estrategia cuartelera. Aznar está mandando mucho mientras hace las maletas y eso lo pagan los abundantes subordinados que tiene un presidente aunque esté en funciones. Incluidos los cabo primera que, con un pie en la escalerilla del avión que debía llevarles a Irak, tuvieron que esperar unas cuantas horas hasta que se resolvió el lío parvulario-epistolar entre el que aún parece que manda y el que parece que se dispone a gobernar. Los militares se convirtieron en rehenes del mandamás. Cada vez está más claro que la Moncloa necesita tropas de refresco.