Que sea por muchos años

UN CIENTÍFICO optimista, naturalmente norteamericano, asegura que la vejez puede ser curada, como cualquier otra enfermedad. Basta con rejuvenecer células en un laboratorio para modificar nuestra fecha de caducidad, esa que está escrita con tinta invisible en algún lugar de nuestro organismo. Según el investigador yanqui, el ser humano podría vivir durante siglos, lo que si bien se mira la vida no es demasiado tiempo para verla. Ocurre que nos cuidamos poco y algunos nada. Las drogas legales, como el tabaco y el alcohol, que en mi equivocada opinión son absolutamente imprescindibles, causan al parecer treinta veces más muertes que las ilegales. Se conoce que hacen nuestra vida más corta en la misma medida que nos la ensanchan. Si nos quitáramos de todo se prolongaría nuestra residencia en la tierra, a pesar de que el ambiente no es ni muy grato, ni muy sano. Los niveles de odio suben constantemente, al igual que los de dióxido de carbono. Habrá que preguntarse si una cosa tendrá algo que ver con la otra. Permanecer aquí durante cientos de años quizá sea una pesadez, pero no deja de ser una experiencia nueva para los seres humanos. Nuestros antepasados más remotos cascaban muy pronto. Hola y adiós. Por eso los que llegaban a viejos gozaban de un prestigio del que carecen hoy las personas mayores. Quizá es que seamos muchos, pero un poco de respeto siempre viene bien. No sé quien dijo --me parece que fue Sthendal- que no se puede envejecer sin algo de dinero o algo de gloria y para muchos lo segundo es más asequible. En nuestra época se ha estirado bastante la vida, pero hasta el presente sólo se prolonga por su cabo final y quizá no podamos considerar un gran avance científico eso de ampliar la decrepitud.La oferta de ahora es nueva. Se trata de la posibilidad de que nos reciclen y aunque seamos muy viejos nos dejen como nuevos. No sé si será interesante. Hay que vivir para ver, pero no para ver lo que ya está requetivisto.