EL BALCÓN DEL PUEBLO
Otra pataleta
JOSÉ MARÍA Aznar, presidente del Gobierno en funciones, continúa exhibiendo hasta el último minuto de su mandato sus manías, sus caprichos y sus complejos de caudillo. Se cree un caudillo quien, no estando ni en el partido ni en la política dentro de unas semanas, anuncia que harán una oposición «patriótica». Lo que hizo anteayer con los 160 militares -entre ellos 16 mujeres- que debían emprender viaje a Irak para relevar a igual contingente de tropas, se convirtió en un absoluto culebrón. Completamente absurdo y desconsiderado para ellos y para sus familiares. Desde el Ministerio de Defensa bailaban las órdenes y contra-órdenes como en un mercado ferial. Adujeron «motivos técnicos», pero se trataba de custiones políticas. Fue una decisión personal de José María Aznar, empecinado en arrancar de José Luis Rodríguez Zapatero, próximo presidente del Gobierno, un compromiso por escrito para mantener las tropas españolas hasta el próximo 30 de junio. Un pulso estúpido. Hacía varios días que el ministro de Defensa en funciones, Federico Trillo, al que ya no le han dejado ni el cornetín de órdenes, tenía sobre la mesa el fax remitido por quien será su sucesor, José Bono, asegurando que los socialistas no se oponían al relevo del contingente de tropas previsto. El mal trago que les hizo pasar a los militares -¡embarquen, facturen sus petates, bájense!- argumentando «motivos técnicos», no es más que otra pataleta personal de Aznar. Todavía no ha digerido el resultado electoral del 14-M. Finalmente, el avión de Air Europa trasladó a los 160 militares a Irak. Aquí había otros temas de menor altura, pero también con diagonales tensas. Anteayer fue elegido miembro del consejo de administración de Iberdrola, como representante de las Cajas de Ahorro de Castilla y León, Sebastián Battaner. Las cajas, tras su mayor implicación en la empresa, tienen derecho a sentar a un miembro en la mesa de la Hidroeléctrica. Acordaron que ejercerían ese derecho de forma rotatoria. Y ahora le tocaba el turno a Caja Duero, que designó a su ex-presidente, Sebastián Battaner, pese a la fuerte presión ejercida por la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, para que nombraran al ex-presidente de la Junta y actual titular en funciones del Senado, Juan José Lucas. Por fortuna, Caja España y Caja Duero, así como la de Burgos, se plantaron ante la clara injerencia política y nombraron a Battaner. En la Junta se sigue practicando la mala costumbre, iniciada por Isabel Carrasco, de creer que las cajas de ahorro están a disposición de las necesidades del PP en cualquier momento. Siguen sin distinguir los intereses de la Comunidad y el de las Cajas. También parece evidente que las direcciones de Caja España y Caja Duero han decidido no darle más oportunidades a esas injerencias que han sufrido durante los últimos diez años. Quizá, lo que se pretendía era encontrar un hueco para Juan José Lucas en Castilla y León ante la posibilidad de que, o no quiera, o no le designen para ocupar la presidencia del Senado.