Haberlas, haylas

PARITARIO. El Gobierno de Zapatero, anunciado con casi tres semanas de anticipación, será el primero en la historia de España con la misma proporción de mujeres que de hombres. También es un hecho notorio que el perfil profesional de ellos y de ellas tiene en común dos cosas: o son licenciados en Derecho o en Económicas, con la excepción de la gallega Elena Salgado que además es ingeniera industrial. Las mujeres elegidas para hacerse cargo de carteras ministeriales pertenecen a las mismas generaciones que sus compañeros, es decir que «haberlas, haylas». Y no son brujas. Hace falta que la paridad se traslade a su forma de gobernar. Por ejemplo que María Jesús San Segundo, la futura ministra de Educación y Ciencia, no olvide que la Loce «invisibiliza, subordina, infravalora y excluye a las mujeres»; que abre las puertas a la subvención de centros segregacionistas; que los itinerarios tempranos favorecen la elección profesional en función de estereotipos de sexo que desaparecen con la madurez y el conocimiento de las capacidades personales... Que el Gobierno no olvide que la religión es un asunto de la vida privada (y de las parroquias en el caso de la Iglesia católica) y no una asignatura controlada por la Conferencia episcopal y financiada con fondos públicos para adoctrinar desde la privilegiada tarima de las aulas... Zapatero prometió que la primera iniciativa legislativa de su Gobierno sería una ley integral contra la violencia hacia las mujeres. Debe saber, como añade los manifiestos por la Coeducación contra la Loce, que la escuela es un espacio donde se puede avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres, aprender «nuevas actitudes de ciudadanía y convivencia»; que las metodologías participativas y el trabajo en equipo favorecen la implicación y protagonismo de las niñas; que no se puede ignorar la educación afectivo-sexual; que las responsabilidades domésticas siguen cayendo sobre las espaldas de las mujeres y que hay que rescatar a las mujeres de la ciencia, la cultura y la historia.