EN BABIA
Los vigilantes
YA HA comenzado la legislatura del nuevo cambio. Sólo falta la investidura de Zapatero como presidente del gobierno y el cumplimiento de su promesa electoral de visitar León en su primer viaje institucional. Es casi seguro que lo hará, pero si no lo hace, podemos estar tranquilos, los vigilantes de la oposición se encargarán de resaltarlo como el primer fallo en el programa. Los populares de la Junta ya han advertido que estarán vigilantes para ver el grado de cumplimiento de las promesas con León incluidas en el programa de Gobierno central socialista. A su vez, el Ayuntamiento de León avisa que estará pendiente de las decisiones del Consejo de Gobierno de la Junta para ir resolviendo los problemas de León. Pues es un alivio, unos se vigilarán a otros con un celo proverbial, así que es de esperar de los diputados, senadores, consejeros y concejales el máximo de entrega y cumplimiento de los deseos de sus votantes que no son otros que los de siempre: trabajo, salud y mejora de las condiciones de vida de cada uno de los sectores que vive y sufre en esta provincia. La cuestión es quién vigilará a los vigilantes para que vigilen como Dios manda y no digan a toro pasado que dijeron Diego cuando dijeron digo y que decir lo que dicen es un decir y no promesa. Pues tendremos que ser nosotros los vigilantes, qué remedio nos queda. Tendremos que ir desentrañando la maraña de competencias que nos desborda: las del Gobierno central (cada vez menos), las de la Junta (cada vez más) y las del Ayuntamiento que nos corresponda, que deberían ser más. Y eso sin mencionar las europeas. ¿De verdad necesitamos tantas administraciones? ¿De verdad no se entorpecen unas a otras? Aunque tienen sus ventajas. Además de crear puestos de trabajo, ya lo dicen los investigadores del CSIC: los centros de poder atraen más empresarios e inversiones que cualquier otra cosa. Así que, a lo mejor, además de carreterasy polígonos industriales, necesitamos sedes oficiales, pero de las que mandan. Y puede que se arregle algo.