Nadie se inmole por mí, gracias

TENÍA yo un sargento en la mili que, cada vez que me mandaba limpiar las letrinas y vista la cara de mala leche que uno ponía al apuntarle con la fregona, como si fuera el cetme, apartaba con prudencia el mango y casi pedía disculpas: «ten cuidado, chaval, porque a las escobas las carga el diablo». Ya en la vida civil, de paisano y en la reserva, muchos de mi quinta topamos a menudo con gentes que se autoproclaman pacifistas y decían no tener más arma que la palabra, que viene a ser a lo fino algo tan poco letal como cuando nosotros empuñábamos la escoba. Pero, joder, cómo disparan. En las redacciones de los periódicos hay una saludable y democrática discusión ahora sobre si debe escribirse que un terrorista se «inmoló» o «se suicidó a lo kamikaze», llevándose por delante - banzai , macho- tantas vidas como pudo, incluída la suya, como quien mata cucarachas en el campamento de reclutas. La cuestión no es baladí. Por cierto, mi sargento, que Al Qaida significa también en árabe «el campamento», lo mismo que Al Qairum (El Cairo) antes de que quemaran la biblioteca de Alejandría, a ver cuándo nos pagan a los veteranos un viaje de maniobras por el Nilo. Bien, ya están aquí. Ahora sólo falta debatir también en las redacciones si los palestinos se inmolan en Israel matando el mayor número posible de judíos -inmolarse es sacrificar la propia vida por otros, según el diccionario de la Real Academia- o si allí son «mártires de Alassa» y aquí simples asesinos. Por cierto que esta última palabra también procede del árabe. Etimológicamente asesino viene de «hash ashin» o «los que consumen hachís», secta musulmana ya muy temida por los cristianos cuando las cruzadas. Según Internet (http://etimologías.dechile.net/?asesino), «esta secta cometía asesinatos suicidas en nombre de Alá y su líder se llamaba Hassan al Sabbah», el cual era también conocido como «el viejo de la montaña». Bin Laden va con mil años de retraso. Uno ya flipa en la guerra de Irak, así que prefiere pensar, como Borges cuando lo de los montoneros peronistas, que ahora los americanos de Bush «se están comiendo a los caníbales».