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ANTONIO CASADO
León

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ESPAÑA cuenta en el mundo. Cierto. Al menos en Estados Unidos, primera potencia de un orden internacional sometido a los sobresaltos iraquíes. Los que derivan de una apuesta unilateral -Bush- secundada por el Gobierno español. Pero Aznar y el PP se van a ir y, sin embargo, España sigue contando. Así se entiende un inesperado gesto de la diplomacia norteamericana: recibir y escuchar a un ministro español que en realidad no existe. El secretario de Estado de Defensa de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld, se entrevista en el Pentágono con un colega virtual. El duro Rumsfeld hablaba hace un año con desdén de la Vieja Europa y la inutilidad de la ONU. Pero se interesa de repente por los planes de España en relación con sus tropas en Irak. No sólo. También por los contenidos de su anunciada iniciativa en el Consejo de Seguridad -todavía virtual, pues Zapatero ni siquiera es presidente del Gobierno- para dotar a la ONU de un papel rector en el rescate de aquel desdichado país. Además lo ha querido hacer en secreto para que la diplomacia del país más poderoso del mundo no se sonroje al saberse que hace planes con el presidente de una remota región española que, al parecer, va a convertirse en ministro de Defensa del nuevo Gobierno de la vieja España. Sólo Zapatero conoció en detalle la marcha de la reunión. Algo más saben desde ayer los principales dirigentes socialistas, incluido, claro, el virtual ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos. Todos han decretado la confidencialidad, pero se ratifican en la firmeza del compromiso sobre el que, como es lógico, más se habrá interesado Donald Rumsfeld. El compromiso cuelga de la promesa electoral del PSOE. «Rodríguez Zapatero ordenará la repatriación de la br igada Plus Ultra si el 30 de junio persiste el apagón de la ONU y Bono está en la misma posición. Consulte usted las hemerotecas», te dicen. Lo hago. Y descubro unas declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha donde dice que Zapatero cumplirá su promesa «porque es castellano viejo, como yo». No será muy distinto lo que Rumsfeld habrá escuchado por boca de Bono. Lo demás son conjeturas. Por ejemplo: que quizás España y EE UU vean juntos la forma de obtener una resolución de la ONU a más tardar el 30 de junio, donde puedan anudarse la promesa de Zapatero (seguir si el proceso lo controla la ONU) y el compromiso norteamericano de devolver la soberanía a los iraquíes para esa fecha. Atentos a la pantalla.