La Semana Santa de Sahagún en la encrucijada

MUCHO y bueno ha sucedido en la Semana Santa de Sahagún, desde aquel año de 1992, cuando durante una visita a la Capilla de Jesús, el entonces Arquitecto Provincial de la Delegación de Cultura de la Junta de Castilla y León, manifestó al ver las imágenes que Leandro Álvarez, por aquel entonces recién elegido Apoderado de la Cofradía de Jesús Nazareno y yo mismo, como alcalde, le enseñábamos con la ilusión de recabar ayuda económica para su restauración, que «todo aquello que veía para lo único que podía servir era para hacer astillas para la lumbre», dado el estado de deterioro y abandono en el que se encontraba. Aquel mismo año, la Santa Urna acudió, en el mismo lamentable estado, a una exposición que se celebraba en la Iglesia de San Francisco de León, con motivo de un Congreso de Cofradías organizado en el Parador de San Marcos de León, durante el cual conseguimos que la Diputación Provincial de León, con Agustín Turiel como presidente de dicha Institución a la cabeza, financiase en parte -el Ayuntamiento pagó el resto- la restauración de dos de nuestras mejores imágenes: El Caballo de Longinos y el Descendimiento. Aquel mismo año, se elaboraron los tableros para todas ellas en la Casa de Oficios de Sahagún y se inició la restauración de la Capilla que hoy luce esplendorosa, además de conseguir que el entonces presidente de las Cortes de Castilla y León, José Luis Sáez, con motivo de la invitación que desde el Ayuntamiento le cursamos para ofrecer el Pregón de las Fiestas de San Juan de Sahagún, lograse la financiación necesaria para la restauración de la Santa Urna, a través de la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León. La cofradía con mucho esfuerzo y tesón siguió durante todo este tiempo pasado, restaurando el patrimonio artístico y cultural de la Cofradía hasta dejarlo en el magnífico estado en el que se encuentra en la actualidad. Traigo todo esto a colación, porque como persona implicada en aquel proceso desde la responsabilidad que durante cierto tiempo ejercí en la villa, y como Hermano de la Cofradía de Jesús Nazareno desde mi nacimiento, hace tiempo que no dejo de lamentar que semejante esfuerzo, se pongan durante la mañana del Viernes Santo en manos de una turba de gente en algunos casos en condiciones lamentables que someten a estas imágenes a un trato vejatorio sin la consideración que las propias imágenes requieren, además de poner en riesgo la integridad física de la imaginería que, probablemente en su conjunto, sea la más importante de la provincia de León. Y hace tiempo que le he manifestado al apoderado de la cofradía, al que hay que agradecer su dedicación a la misma, que eso hay que cambiarlo desde la misma cofradía, que mientras Sahagún tenga esa «celebración», jamás conseguiremos que las Instituciones, provinciales, regionales o nacionales, nos declaren nuestra Semana Mayor de Interés Turístico, lo cual es una losa para su desarrollo, desde todos los puntos de vista, incluido el turístico y por ende el económico. Se le ha propuesto que se cree una comisión dentro de la misma cofradía que estudie las «tradiciones» y que elabore un informe sobre las que merece la pena mantener y que elimine de nuestra Semana Santa todas aquéllas que no son tales y que más bien provienen de los últimos años en los que se ha dado categoría de tradición a muchas cosas que no lo son y que no merecen tal tratamiento. No solamente soy yo el que piensa de esa manera. Es curioso cómo a muchos cofrades les comentas esto y todos ellos, con matices, están de acuerdo, además de otras personas de la villa ajenas a la propia cofradía. Nuestro apoderado, no debería consentir que la Procesión de los Pasos sea la continuidad de la juerga de las personas que durante la noche del Jueves Santo no se han acostado y que sólo quieren una disculpa para prolongarla durante toda la mañana del Viernes Santo, llevando en andas nuestras imágenes de la manera más irreverente que uno pueda contemplar. Si cambiamos esta procesión, seguiremos creciendo y mejorando y conseguiremos desarrollar nuestra Semana Santa dotándola de la categoría que nuestra imaginería se merece. Para ello, Leandro Álvarez podrá contar con muchos cofrades. Para seguir por estos derroteros podrá contar, sólo, con algunos que le regalan el oído cuando llegan estas fechas.