Mirada al interior

LA ACTUALIDAD nacional tiene hoy nombre fijo: José Luis Rodríguez Zapatero, quien pronunciará su discurso de investidura en el Congreso de los Diputados. Será eje de todas las cámaras de televisión, objetivo de fotógrafos, referencia inequívoca de periodistas. Hay expectación en el país. Pocas veces, por no decir ninguna, se espera el discurso del candidato con más esperanza. Me consta que hoy Rodríguez Zapatero abre un ventanal por el que entrará un nuevo viento democrático. Sin embargo, con ser esencial, hoy de mirar al interior. Ya fijé los retos y las previsiones sobre la intervención de Rodríguez Zapatero en el balcón de ayer. He de mirar ahora al interior y felicitar a Unión Fenosa por su apuesta de modernizar la Central Térmica de La Robla, los dos grupos, y dotarla de dispositivos anticontaminantes. Es, sin duda, una decisión para el júbilo. Garantiza el consumo de carbón de León durante veinte años más. Se despeja de esta firma una importante duda para la minería de la cuenca central leonesa, que como todas las demás, está pendiente de la modernización y de su progresiva adecuación a la protección medioambiental que exige la nueva legislación. La protección medioambiental es un asunto extremadamente importante. Está a diario en el candelario, no en el candelabro. También se puede utilizar bastardamente. En León tenemos algunos ejemplos. Vemos cómo la Junta de Castilla y León se refugia en estudios ambientales para no apoyar el proyecto de la estación de esquí de San Glorio. Con ese argumento, en la montaña leonesa, además de contemplar cómo el viento acaricia las crines de los caballos, no se podría hacer nada de nada: ni sacar carbón, ni construir estaciones de esquí, ni hoteles, ni carreteras. Nada. Anteayer mismo, la Junta autorizó la actividad de una cantera de pizarra en el Parque Nacional de los Ancares. Si esa cantera cumple los requisitos, podrá explotarse. Lo contrario es caer en el ridículo. Un ridículo que se extiende sobre las hectáreas que necesita ocupar el Circuito de Velocidad de La Bañeza. Están clasificadas como zona «zepa». A los ciudadanos de la localidad y a la casi totalidad de los bañezanos les suena a requiem. Pero más ridículo se me antoja, todavía, que unos vecinos de Villaobispo de Otero, en el corazón de La Cepeda, hayan elevado sus protestas por la apuesta empresarial de instalar un cabadero de cerdos. Argumentan que es contaminante y un atentado al medio ambiente. No soy experto en la meteria, pero tengo sentido común. Si en la comarca de La Cepeda no se pueden criar cerdos, apaga y vámonos. No sé dónde, pero el trayecto lo haremos a oscuras. A oscuras quedó ayer Cistierna al conocer la muerte de Manuel Rodríguez, alias «Chaflán». Siempre creí que él y el doctor José Rivas eran inmortales. Los dos han desaparecido del paisaje de Cistierna. Lo mejor es ya pasado.