Diario de León
Publicado por
PILAR CASADO
León

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A ESTAS alturas, con una corta pero clara perspectiva, a nadie se le escapa que los jóvenes españoles han sido los auténticos motores del cambio. Gracias a ellos, a sus votos decididos, el PSOE derrotó al PP. Dos millones de nuevos votantes y otros tantos decepcionados con los últimos cuatro años de gobierno son muchos votos y, por si fuera poco, muy cualificados. No hay duda que hay que tenerlos muy en cuenta. La generación del móvil y del ordenador, criada y educada en una democracia joven y activa, que apenas ha visto un telediario completo de Urdaci (por aburrido), estaban en otra onda. Los dirigentes populares no se enteraron de ella, no le dieron la importancia que tenía. Zapatero, sí. Estos jóvenes, casi todos conscientes de que ellos han sido muy importantes a la hora de elegir al presidente del Gobierno, te explican este cambio con una sencillez y claridad pasmosa: «No es que confíemos demasiado en el PSOE, es que Aznar y el Gobierno anterior lo hicieron muy mal. Pasaron de nosotros. Ahora le hemos dado un voto de confiaza a Zapatero, pero es prestado. Que no nos falle, que no destroce el partido. Que no nos exija esfuerzo para luego dejarnos en la estacada. Queremos empleo digno, viviendas y alternativas más claras». Una generación sobradamente preparada para la vida moderna, para la competencia, para las nuevas profesiones, que se encuentra con una sociedad estancada, que apenas ha tenido cambios y mejoras en los últimos años, es lógico que los exija de forma imperiosa. Ellos han tenido que prepararse por su cuenta (con el esfuerzo familiar) en idiomas, especializaciones y otras innovaciones para encontrar al final de un duro recorrido un empleo precario y mal pagado. Y ahí están, vigilantes, sabiendo lo que quieren y la importancia que tienen en la vida sociopolítica del país. Además, dentro de cuatro años seguirán siendo jóvenes y, con contradiciones o sin ellas, saben que no quieren ser engañados. Y apuesto a que no lo serán.

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