AL TRASLUZ
Palabra de Zapatero
NO SE GOBIERNA sólo con talante, esgrimió socarronamente Rajoy. Talante no es lo mismo que talento, ironizaron otros. Vale. Muy bien. Ante todo, se ha de gobernar con la palabra dada, que no debemos confundir con la mera cabezonería, pues un gobernante debe rectificarse a sí mismo cuantas veces sea necesario por el bien de España, no tanto del suyo propio. La mayoría de los políticos suelen concederle poca relevancia a su palabra, enseguida se acostumbran a que los compromisos pueden ser incumplidos y que no pasa nada¿ hasta que pasa, claro. A ver si algunos despiertan ya del batacazo electoral y comprenden que eso de blandengue no le cuadra a Zapatero, quien está forjado en las crisis internas del socialismo leonés, que no fueron precisamente partiditas de parchís. Sus formas pueden ser las de un institucionista, y a mucha honra, pero su determinación es la de un samurai. Dijo no a una guerra declarada por Bush de espaldas a la ONU y con los pies sobre la mesa. Algunos líderes del Partido Popular siguen aferrándose a la guerra de Irak, causante de dicho batacazo electoral. Dado que no aparecieron las armas de destrucción masiva, muchos populares se sintieron engañados en sus convicciones. La lección es clara: las apuestas personales, en el casino. Retirar las tropas es insolidario, según Mariano Rajoy. No. La primera y mayor insolidaridad fue la guerra misma. También dijo que Zapatero se encontraba «la despensa llena». Es verdad, llena de logros de gestión incuestionables, pero también con una guerra que ahora un nuevo presidente del Gobierno ha de resolver. No pocos políticos del Partido Popular han debido sentirse aliviados con que Rodríguez Zapatero haya cumplido su palabra, lo reconozcan públicamente o no. Aliviados y felices.