Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

Amo la noche

Publicado por
J.F. PÉREZ CHENCHO
León

Creado:

Actualizado:

ASEGURA Mara Torres, presentadora del programa radiofónico de la Cadena Ser «Hablar por hablar», que «la noche se presta a conversar sin que nadie juzgue». No conozco a Mara Torres, pero me parece un amor. En algunas tertulias de noche he defendido el criterio, la tolerancia y la felicidad. El argumento puede ser frívolo, pero se ciñe a este enunciado: desde que me obligan a madrugar, no conozco ni una sola sonrisa en los ciudadanos con los que me cruzo. Item más: mis neuronas comienzan a fabricar ideas después de beber el primer café amargo de la mañana. La noche es distinta: no se juzga a los rivales ni contrarios, se baten palmas, hay sonrisas y no se crucifica a nadie. A la amanecida das los buenos días y te replican, con el ceño fruncido y como salvándote la vida: «¡Hola!». Por la noche es otra cosa: te contestan con júbilo, sonrisa de oreja a oreja, y te dan recuerdos para la parienta y los chicos. Amo la noche. Si ayer, por ejemplo, me pide cualquier radiofonista que ya está en la cancha informativa, micrófono en mano, cuando la noche y el día no se distinguen, mi opinión sobre la festividad de mañana, día de la Comunidad, su juerga en la campa de Villalar, el apaño de reposteros de salón para institucionalizar la Fundación de Villalar, el desprecio sorduno de populares, socialistas y leonesistas, desde el Ayuntamiento al Palacio de los Guzmanes, podría contestarle con una burrada. Que somos una Comunidad con demasiadas fincas -evitaré lo de mansos, que no le gusta a una lectora--, sobran ardores de derrota, y alguna que otra lindeza, sin duda injustas todas ellas. Y no lo digo por el rifirrafe de salón del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, con Joaquín Otero, azote leonesista en Fuensaldaña. Escenificaron un desafío florentino. Quedará en eso. Para la festividad de mañana se han pregonado ya, como cada año, demasiados enredos. Si no era insuficiente el oscurantismo e indecisión voceado por el presidente de las Cortes, le han puesto altavoces a JuanVicente Herrera para que inaugure obras en Villalar, con el consiguiente cabreo socialista. Y por último: faltaba el inefable corregidor de Valladolid para imprimir su sello personal: Ir a Villar es una parida. A León de la Riva no le gusta el olor a pulpo y morcillas, ni el siseo de los manteos floreados, ni la suavidad de dulzainas y tamboriles. Villalar es, hoy por hoy, una fantasía . Lo que sucede es que, a veces, los sueños son reales. Desde la Junta se ha pretendido siempre celebrar la fiesta comunera como algo propio e institucional. Ni lo han conseguido, ni lo conseguirán nunca. Pero, ya digo: estas respuestas las habría dado cuando comienza el sol a fabricar sus primeras sombras en La Candamia. Ahora mismo, cuando escribo, con lutos, lluvia y el Depor buscando en Oporto la gloria de una final en la «Champions League», tal vez le replicaría: «Nena, déjame en paz». Es lo que le piden los españoles a ZP, hoy en León: que trabaje por la paz. Ayer le puse una banderilla de fuego a su ministro de Defensa, José Bono, por su cutrez en el acto de toma de posesión. Leí después sus declaraciones y «¡chapeau!: no pueden ser más contundentes y clarificadoras.

tracking