VUELTA DE TUERCA
Salir del avispero
ENTRAR en el avispero de Irak era complejo e inquietante. Salir indemnes del avispero va a resultar todavía más difícil y no menos preocupante. El hostigamiento creciente al que se ven sometidos los soldados españoles durante la operación de repliegue de la tropas deja claro que los insurgentes iraquíes no van a cejar en el objetivo de que, ante la opinión pública, quede la imagen de que si los españoles se van es, fundamentalmente, porque ellos han ganado la partida. Que esa no sea más que una visión tosca e interesada de la realidad no parece importar demasiado a quienes buscan el mayor caos posible al precio que sea. Lo importante es que aquí no se pierda la línea central: España nunca debió entrar en el avispero; al menos en las condiciones en las que lo hizo.