Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

El adiós de un magistrado

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

Creado:

Actualizado:

SE JUBILÓ ayer mismo y hoy recibe un doble homenaje: institucional y profesional. Al magistrado-juez José Luis Cabezas Esteban, titular del juzgado de los social nº 3, le imponen esta mañana en la Audiencia Provincial la Cruz Distinguida de San Raimundo de Peñafort. Ejercerá como padrino José Rodríguez Quirós, presidente de la Audiencia. Los dos han hecho juntos una dilatada travesía por el mar del derecho social. Presidirá en esta ocasión la solemnidad el portavoz del Consejo General del Poder Judicial, Enrique López, leonés de Cacabelos, quien también ejerció como magistrado-juez de Instrucción en el nº 10 de León. José Luis Cabezas Esteban se jubila y me cuesta entender su adiós. Me cuesta entenderlo porque durante décadas nos acostumbramos demasiado a él. Abogados, graduados sociales y personal funcionario asumimos su condición de hombre riguroso, serio, capaz y digno. Yo trabajé con él. Quizá nunca tuvo a un funcionario más atípico bajo sus órdenes. Conculqué casi todos sus principios. Cabezas Esteban era como un cronómetro. Si señalaba los juicios para las 9,30 horas, dos minutos antes ya estaba sentado en el estrado. Sé que sufrió lo indecible por mi indisciplina -¿indisciplina?, tal vez, pero compensada por la eficacia-, aunque llegó a echarme piropos que estoy seguro no merecí. Admiré a Cabezas Esteban-sigo admirándole- porque tenía todas las virtudes de las que yo carezco: puntual, ordenado, exigente, un magistrado-juez que entre ceja y ceja tenía la obsesión de cumplir con su deber. Cabezas Esteban ha cumplido años y se jubila. Lo hace un par de meses antes que su amigo y compañero del alma, José Rodríguez Quirós. Yo sé que cumplir años no sirve para nada: sólo para ser más viejo. Lo refrendaron antes otros sabios, como Severo Ochoa o Miguel Delibes. Pero el adiós de Cabezas Esteban es especial. Ahora que comienza el desfile taurino de San Isidro, podríamos emplear una metáfora de sangre y arena: sale por la puerta grande. Le imponen la Cruz Distinguida de San Raimundo de Peñafort por la mañana y horas más tarde contará con el calor de sus colegas y amigos en el almuerzo de mediodía en San Marcos. Salud y larga vida, José Luis. Y en el mismo tono dulce que escribo, he de vocear también la iniciativa del presidente de la Diputación, Javier García Prieto, pidiendo el apoyo expreso de la Corporación Provincial al nuevo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero «en la defensa de los intereses de la provincia y en aquellos proyectos que impulsen y favorezcan el desarrollo de León». Más agria fue ayer la respuesta de Alfonso Fernández Mañueco, consejero y número dos del PP regional, a Ángel Villalba, líder de los socialistas de Castilla y León. Villalba insinuó la posibilidad de que Juan Vicente Herrera abriera una crisis de gobierno. La réplica del consejero fue «a lo Acebes». Sólo le faltó el sable.

tracking