Demonizaciones

PARECE que al ministro del Interior, el leonés José Antonio Alonso, nos lo quieren demonizar. Su voluntad de que los sermones religiosos de las pequeñas mezquitas se ajusten a nuestras leyes ha creado una hipócrita indignación en los repentinos guardianes de las esencias.  Sólo desde la tergiversación más malévola se puede plantear que Alonso o su partido están contra la libertad religiosa. Lo que ha dicho es que  la religión no puede ser utilizada para inculcar mensajes que inciten al terrorismo o a cualquier otra forma de violencia.  No sé a qué viene tanta preocupación por la libertad de expresión. Quienes ya no pueden expresarse son las víctimas del 11-M Curiosamente, la iniciativa de la demonización más que del PP surge de periódicos nacionales,  en competencia por hacerse con los lectores de derechas.  Algunos medios ya son más aznaristas que el propio Aznar, que ya es ser aznarista, como otros son ya portavoces oficiosos del Gobierno. No es por barrer hacia casa, amigo lector, pero en las páginas de Diario de León leo las noticias nacionales e internacionales sin la sensación de estar posicionado en una trinchera, o de que quieren posicionarme. Porque ya no sé que me asquea más, si la tergiversación de ciertos políticos o la de determinados analistas. La guerra de Irak  es por el petróleo y la reconstrucción del país, no hay que ser un nostálgico del 68 para verlo. Hasta esas llamadas fuerzas mercenarias pertenecen a grandes grupos,  a poco que raspes irrumpen los  halcones del texano, empezando por Cheney. Los populares, que han demostrado un comportamiento heroico ante el terrorismo vasco, respondiendo siempre con la fuerza de la paz,  han de romper ya con la guerra y sus juglares, seguir haciendo centrismo, que es lo que han demostrado hacer muy bien. España no odia, salvo algunos políticos y columnistas, y están empeñados en que los demás también lo hagamos. No lo conseguirán¿ pese a sus demonizaciones.