TRIBUNA
La enseñanza y la religión
NO CREO que ya nadie se sorprenda de los continuos ataques que el cristianismo está sufriendo por parte de los anticlericales de siempre. Esto es algo que lleva ocurriendo desde hace dos mil años, es decir, desde la misma fundación de la Iglesia Cristiana. Ahora lo nuevo es dar consejos al nuevo Gobierno de la nación para que la enseñanza de la religión sea eliminada en todos los niveles en los centros de enseñanza. Para ello, están utilizando pruebas que no pasan de convicciones, a veces de sectarismo por su fanatismo e intransigencia, pero jamás con argumentos convincentes, intentando convencer de lo pernicioso que resulta la enseñanza de la religión. Cualquier lector de libros de historia, que tenga la mente limpia de prejuicios, sabe que el mundo más culto, más civilizado está en el continente europeo y en unos pocos países más, influenciados por europeos. También es conocido que este desarrollo cultural europeo es obra del cristianismo. No hay más que ver el enorme patrimonio artístico y religioso repartido por todo el continente europeo. Incluso las primeras universidades fueron creadas en Europa. Hoy la diferencia de la cultura europea con cualquier otra, con las pocas excepciones antes mencionadas, es enorme, de varios cientos de años. Con referencia a España, a fin de cuentas es lo que más nos interesa, se puede decir y demostrar que el cristianismo es la base de nuestra actual cultura. El cristianismo fue el principal animador de la Reconquista y sin Reconquista, España, hoy sería un país musulmán más, como otro cualquiera, anclado en la Edad Media. Decía antes que los artículos utilizados para atacar la religión están viciados por el sectarismo. En efecto, los ataques van dirigidos contra algunos sacerdotes, generalizando a la Iglesia entera. Esto sólo ocurre cuando se trata de religión, nunca cuando se hace referencia a cualquier otra profesión. Por ejemplo, en medicina siempre ha habido médicos malos, pocos, pero nadie culpa a la medicina por ello. En la enseñanza siempre ha habido docentes, pocos, que su única preocupación es la paga a fin de mes, pero nadie critica la enseñanza en si. En política siempre ha habido políticos, muchos, indignos, pero la política siempre ha sido respetada. En la Religión Católica siempre ha habido sacerdotes, pocos, malos, incluso muy malos, pero se generaliza, diciendo que el cristianismo es nefasto. Esta forma de tratar al cristianismo católico es lo que yo llamo sectarismo, por su intransigencia. En todas aquellas sociedades donde interviene el hombre hay fallos. Esto debe entenderse como algo normal y hasta lógico, ya que el fallo es humano. Hasta Cristo, fundador del cristianismo, tuvo un traidor entre sus apóstoles, Judas. Por ello, no debe sorprender que haya sacerdotes malos. Raramente se ataca al contenido de la enseñanza cristiana, seguramente porque no encuentran motivo para ello. Nunca antes de Cristo, ni después de Cristo, nadie ha dejado enseñanzas tan sublimes como las que dejó el fundador de la Iglesia Cristiana. Ni siquiera el articulado entero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos tiene un contenido tan perfecto para el bien del hombre como el Nuevo Testamento. Baste una frase de Jesús «un nuevo mandamiento os doy, amaos los unos a los otros como yo os he amado». Esto es lo más sublime que jamás ha dicho un hombre. El amó hasta la muerte por el ser humano y su muerte, voluntaria, fue la crucifixión. Se dice que la religión pertenece a la parcela de lo puramente subjetivo, personal e íntimo y por eso su enseñanza debe ser restringida a su propia iglesia. Estoy de acuerdo siempre que por subjetivo se entienda como relativo a nuestro modo de pensar. El ser humano no es una máquina ni un ser irracional, el ser humano es la criatura más perfecta que existe en la tierra, es capaz de pensar y sentir; por eso, es necesario enseñarle y educarle. Lo dice el preámbulo de los Derechos Humanos, aprobados por Naciones Unidas, con el fin de promover el respeto a los derechos y libertades del hombre. El cristianismo lleva más de mil años enseñando y educando a los españoles y al resto de los europeos y ocupamos el primer puesto en el mundo de la cultura, en libertad y en respeto mutuo. Mucho debe España y Europa al cristianismo, no querer reconocerlo es negar la evidencia. Se dice también que el cristianismo es incompatible o antagónico con los avances de la técnica. La historia demuestra que esto es pura demagogia, ya que ha sido precisamente el amplio legado cristiano el que ha permitido el avance al que hemos llegado. Otra cosa es que la Iglesia exija respeto al hombre, algo que piden la mayor parte de los científicos. Si el cristianismo ha dado los frutos que tenemos no hay motivos para cambiar. Además la Constitución Española, en sus artículos 16 y 27 respalda la enseñanza religiosa. Cuando una sociedad como la Iglesia cristiana lleva existiendo dos mil años, es por algo. Si además esa Iglesia ha sido perseguida por los mayores poderes de la tierra y no han podido destruirla, es por algo. Si las bases de sus enseñanzas son el respeto, el amor y la paz entre los hombres, es por algo. Si además Cristo, su fundador, pronosticó que su Iglesia duraría hasta el final de los tiempos y se está cumpliendo, es por algo. Y si ese Cristo llegó a decir «el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» y se están cumpliendo, yo si creo que es por algo. Y el que no crea debiera tener un respeto, eso haría cual- quier persona prudente y respetuosa.