VUELTA DE TUERCA
Diseñar un fracaso
TORTUOSO y estéril debate el de discernir dónde reside el mayor grado de maldad: en las torturas a prisioneros iraquíes o en la bestial decapitación de un joven indefenso delante de una cámara de video. Unos y otros han perdido el norte, el sur y el resto de los puntos cardinales. Es difícil creer que todavía haya quien piense que España ha hecho mal alejándose de ese territorio tan endemoniado. Bush y los suyos diseñaron un supuesto paseo militar que sirviera de escarnio global y de apuntalamiento de sus intereses económicos en un área estratégica. Pero lo que se está viendo es lo más próximo a un fracaso en toda regla. Bush y sus iluminados del Pentágono han alimentado con sus errores a la bestia del fanatismo más ciego. Y lo único claro es que sólo hay y habrá perdedores.