Falsas torturas

LA DESTITUCIÓN fulminante del director del «Daily Mirror» británico, acusado de haber publicado unas fotografías falsas de supuestas torturas a presos iraquíes por soldados británicos, ha colocado de nuevo a la profesión periodística en un lugar desairado en el Reino Unido. A la espera de que una investigación más pausada determine toda la verdad, todo indica, en todo caso, que también los británicos han cometido excesos intolerables en Irak. Esa fotografía no está movida.