Archivo en guerra

SOY asiduo usuario del Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, donde he rastreado la peripecia polítical y militar de Vela Zanetti durante la contienda. Eficacia y amabilidad son la principal característica de este centro, brillantemente dirigido por Jaramillo. En Cataluña lo llaman «botín de guerra»¿ pues que me digan cómo se consiguieron gran parte de los fondos de los museos. En principio, soy partidario de la concentración de materiales, pues facilita la consulta. El expediente del juicio, vamos a llamarlo así, en el que el padre de Vela Zanetti fue condenado a muerte lo localicé en un archivo militar en Orense; los carnés militares del pintor, en el de Salamanca, así como las revistas en las que participó durante la contienda; este otro documento en la Fundación no sé cuántos, aquellos en León. La dispersión retrasa cualquier trabajo.  Demasiado rifirrafe barato para una guerra que nos costó tan cara. Este debate obliga a elevar el discurso. Franco entró en Barcelona sin excesiva resistencia, pero en sus barricadas hubo hasta el final castellanos y leoneses. Vela estuvo en la Plaza de Cataluña hasta finales de enero de 1939,  según documento localizado en un archivo de Madrid; del mismo modo, catalanes luchaban en otros frentes. Los legajos importan, pero más aún la vibración humana que los habita, que no debemos mancillar con puerilidades. El Archivo de Salamanca encierra la historia de víctimas y verdugos, nuestro pasado reciente más doloroso. La polémica exige rigor profesional y categoría política. ERC reclamaba hace días que el Gobierno central  pida perdón por la ejecución de Companys. No hagamos circo con las tragedias.  Me apenaría la desmembración del Archivo de Salamanca, pero más ofender la memoria de las víctimas con dogmatismos trasnochados, de un lado o de otro. Que hablen los expertos. Sin ira y con ecuanimidad. No vaya a ser que todo se arregle con una digitalizaciones. Aunque no lo creo.