Lobbies energéticos

FUE COMO un fogonazo para la reflexión periodística. La Radio, a veces, es como la avanzadilla del periodismo escrito. A mediodía de ayer -disculpen, no sé en qué emisora- escuché a un representante de Endesa declarar que cuatro compañías eléctricas -la propia Endesa, Unión Fenosa, Hidrocantábrico y la santanderina Electro Viesgo- pedían al Gobierno que no fueran sustituidas las centrales térmicas alimentadas de carbón por las de gas. De inmediato me saltó el «chip»: si piden esto es que existe otra alternativa. Parece claro que están haciendo frente a otra coalición energética en la que se recuestan Iberdrola, Gas Natural y Repsol, con intereses muy fuertes para que sean las centrales de gas las que hagan prioritariamente el suministro eléctrico a la red. O sea: invertir lo que hay ahora. La provincia leonesa saldría trasquilada. Resulta vital para los intereses de León el apoyo a que las centrales térmicas alimentadas de carbón sigan siendo las que aporten la energía a la red. Por razones obvias para nosotros, para León, que es productor de carbón, sector del que dependen muchos ciudadanos con trabajo directo, indirecto e inducido. Una vuelta de tuerca más a la minería leonesa desembocaría en un paisaje tan sombrío y lunar como el que describió Emilio Zola en su «Germinal», obra cumbre del naturalismo europeo. El «lobby» del gas, una vez más, está utilizando argumentos medioambientales. Los sintetiza así: el gas natural es menos contaminante que el carbón. Ya estamos bastante escarmentados de cómo se utilizan argumentos medioambientales cuando están en juego intereses económicos. Da lo mismo que sea para un circuito de velocidad en La Bañeza, para una estación de esquí en San Glorio, o para una granja de cerdos en un pueblo de la Cepeda. Pero es que, además, el eje del argumento es falso. Depende, exclusivamente, de la tecnología que se utilice. Con tecnología de última generación no se escapa ni una partícula capaz de provocar la tos. Iberdrola es la pata esencial del «lobby». Y a Iberdrola tenemos que recordarle que nosotros somos consumidores de la energía que distribuye. Eso por un lado. Por otro, que las Cajas de Ahorro de Castilla y León son sus accionistas y sus representantes se sientan en el consejo de administración y no deben tolerar que se tiren piedras contra nuestro propio tejado, que es el suyo, el de las Cajas. Toda esta batalla que se avecina va a librarse en los próximos meses. Y no podemos ser ajenos a la misma, especialmente cuando acaban de aterrizar en sus nuevos cargos un ministro de Industria y sus colaboradores que parece están bastante desorientados. ZP sabe bien qué se cuece en la minería leonesa. Además de conocer sus galerías, cuenta con asesores de gran capacidad. A ellos nos encomendamos. Nunca he sido pesimista respecto a la continuidad de la minería leonesa. Podrá continuar durante décadas. Ahora bien: sin bajar la vigilancia.