De Astorga a Villaquilambre

LA UNIÓN del Pueblo Leonés celebra este fin de semana su congreso provincial. Los leonesistas han elegido Astorga, ciudad con cinco títulos nobiliarios colgados de su escudo, para renovar sus cargos orgánicos y marcar la doctrina política para los próximos años. Ayer nos hemos enterado que su fundador, Rodríguez de Francisco, renunciaba a ir al congreso. Hasta entonces, lo filtrado era que no se presentaba a la reelección como presidente del partido. El análisis hoy es muy distinto: Si no va al congreso y una docena de aspirantes al comité ejecutivo retira su candidatura como signo inequívoco de lealtad, a eso se le llama crisis. No hay otra lectura. Merece una explicación y más transparencia. Todo aquello que no sale a la primera con claridad acaba enroscándose y termina mucho peor con el tiempo. ¿Qué está pasando realmente en la dirección leonesista?. La situación política está en la cita congresual leonesista de mañana en Astorga, y la empresarial abre sus ramales a Villaquilambre y Navatejera. El Ayuntamiento y la Junta Vecinal mantienen una disputa que puede frenar las inversiones de la farmacéutica Chemo Ibérica, con medio centenar de puestos de trabajo. No está claro a quién cargar el sambenito. Lo que sí se me antoja incontestable es que ni el Ayuntamiento de Villaquilambre, ni la Junta Vedcinal de Navatejera, ni la provincia de León, pueden permitirse el lujo de poner en peligro las inversiones. Se anuncia para la semana próxima una nueva reunión. No hay argumentos ni chiquismiquis posibles que justifiquen colocar la más mínima traba a esa empresa. Si existe alguien que antepone los intereses personales a los generales, lo que tiene que hacer es dimitir. El horno no está para bollos. ¡Lo que nos faltaba!. Ya nos parece una tomadura de pelo de proporciones gigantescas el culebrón de Antibióticos. No sé de quién. Antes de vocear desde este balcón la crisis, lo primero que ha de exigirse es que se aclaren. Todos. Creo que no soy torpe, y sin embargo, no logro comprender esta madeja enrevesada. Dos de las cuatro «ces» del periodismo son conocer y comprender. Las otras, contrastar y contar. En el caso de Antibióticos el oscurantismo es tal que ni conozco, ni comprendo, ni he podido contrastar y, por ende, tampoco puedo contarlo. Lo que sí puedo contar, después de conocer, comprender y constrastar, es que ayer, a primeras horas de la tarde, el último contingente español en Irak ya estaba en Kuwait. Afortunadamente, la operación de repliegue ha salido bien. Nuestras tropas han abandonado el infierno de Irak, al que nadie debió enviarlas. Es la noticia feliz. Tanto o más que la bodorra de hoy en la catedral de la Almudena entre el príncipe Felipe y doña Letizia, que oficiará el cardenal Rouco Varela. El cielo de Madrid se volvió ayer gris, como de pana lisa, y descargó a última hora su primer enojo de lluvia. Lo sufrieron los aficionados taurinos en Las Ventas. Para hoy, según los meteorólogos, habrá un ejército de ángeles meando. Las plegarias de la Conferencia Episcopal no contaron con el tráfico de influencias de la Virgen de Castrotierra, a la que sacaron en procesión los campesinos leoneses.