Diario de León
Publicado por
JULIA NAVARRO
León

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VERÁN, es bastante común que los políticos, cuando llegan al poder, sufran un repentino síndrome: el mal de altura. Y es que pasar de ir a pie a subirse en coche oficial, que la policía y la guardia civil se te cuadren, tener mesa asegurada en cualquier restaurante, que te reconozcan por la calle y te digan todo el día «sí, ministro» o «sí, ministra», pues termina mareando a algunas-algunos, tanto les marea que llegan a creerse algo más de lo que son, porque no son otra cosa que servidores públicos, es decir, personas que cobran del erario público. Bueno, pues en el Gobierno Zapatero ya hay unas cuantas y cuantos ministros con síndrome de altura. Levitan. Empiezan a mirar al personal por encima del hombro. Lo malo no es que sufran ellos el síndrome de altura, lo peor es que también lo sufren los miembros de sus equipos. Lo bueno de la democracia es que tarde o temprano terminas viendo a los ministros convertidos en ex ministros, y algunos ex la verdad es que se quedan en nada. Pasan de entrar en el Congreso mirando al frente con el ceño fruncido como si las responsabilidades de su ministerio les impidieran sonreir y hablar con el personal, a entrar en el Congreso mirando a derecha e izquierda, esbozando sonrisas e intentando justificar lo que han hecho o dejado de hacer. Ahora mismo hay unos cuantos ex ministros de Aznar que no despiertan el más mínimo interés periodístico, por no remontarnos a algunos ex de los gobiernos de González. Imagínense que si los ex ministros se quedan en nada, en cómo se quedan otros ex altos cargos, como secretarios de Estado, subsecretarios, directores generales... casi, casi se vuelven invisibles. Es cuestión, ya digo, de esperar, es la ventaja que tenemos los ciudadanos que sabemos que en democracia los ministros y demás un día vuelven a ser ciudadanos de a pie. Digerir el triunfo no suele ser fácil para determinadas personas y apena ver a gente inteligente, andar por la vida como sobrados de todo, creyéndose que, puesto que ahora mandan, son el no va más. Si, el poder cambia, bien es verdad que a unos más que otros. Menos mal que por ahora, cruzo los dedos, Zapatero parece el más inmu ne a ese mal. Que le dure.

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