Diario de León

TRIBUNA

Cambio climático y medio ambiente

Publicado por
JOSÉ LUIS SÁNCHEZ GÓMEZ CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y AMBIENTALES
León

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A LO LARGO de la vida de la Tierra, se han producido ciclos climáticos que han dado lugar a periodos glaciares e interglaciares. Las razones de tales periodos hay que buscarlas en las variaciones de la radiación solar recibida por la Tierra, que deben ser atribuidas a sus cambios de órbita. Parece un hecho muy claro que el clima, a escala planetaria, es el resultado final de una serie de factores, muchos de los cuales tienen su origen en el balance entre la energía que entra a la Tierra y la que sale, es decir, entre la radiación solar y la terrestre. Si nuestro planeta se alejara del Sol recibiría menos energía que si girase en una órbita más cercana. Vamos a olvidarnos por un momento de esos ciclos que duran miles de años y adentrarnos en nuestra experiencia cotidiana. Así, por ejemplo, sabemos que en invierno hace frío pero que no todos los días de esa estación son igualmente fríos. Ni todos los inviernos lo son de la misma manera. Hay variaciones por causas naturales. Intentar establecer si el clima está cambiando o simplemente sufriendo las variaciones que todos conocemos, no es sencillo. A finales de los años ochenta se comenzó a sospechar que el clima estaba sufriendo algunos cambios a escala mundial que iban más allá de la variabilidad y de los ciclos naturales. Se creó una agencia especializada de la Organización de Naciones Unidas formada por expertos en clima. El objetivo era claro: detectar los cambios en el clima y establecer la magnitud de los mismos. Esta Agencia a la que se conoce como IPCC, recopila y analiza las publicaciones científicas referentes al clima, evalúa la información y difunde las conclusiones. Además elabora metodologías para establecer los inventarios de las emisiones de gases con efectos invernaderos. En el año 2001, el IPCC ha establecido la confirmación de que algunas variables climáticas han venido cambiando en el siglo XX. Así, los incrementos de temperatura habidos en el este último siglo han sido los mayores ocurridos en los últimos 1000 años. Desde los años sesenta se ha producido una reducción de un diez por ciento en la extensión que ocupa la nieve y una retirada muy acusada de los glaciares de montaña que están situados en latitudes fuera de las regiones polares. Estos hechos han sido producidos por un aumento de temperatura que puede resultar pequeño al lector: alrededor de 0,6ºC en el siglo XX. ¿Cómo puede ser que un incremento tan pequeño pueda dar lugar a unos cambios bruscos? La razón hay que buscarla en que el planeta Tierra se adapta a los cambios en el balance de energía y modifica su comportamiento climático. Se puede decir que, en el transcurso de los últimos milaños, no ha habido variaciones en la cantidad de radiación solar recibida del Sol pero, a partir del siglo XX, cada vez ponemos más barreras para dejar salir hacia el espacio la que la Tierra produce. Este cambio tiene su origen en las alteraciones en la composición de la atmósfera terrestre, debidas a las actividades humanas. Las predicciones del IPCC para el siglo XXI indican claramente que la temperatura de la Tierra subirá. Esto dará lugar a que se vea incrementada la altura del nivel del mar ya que habrá aportes de agua procedente de nuevos deshielos de los glaciares y de la menor acumulación de nieve. A estos dos hechos hay que añadir una dilatación considerable del agua de los océanos. Esto dará lugar a cambios en las corrientes marinas. Por tanto la Tierra reaccionará haciendo cambios en el Clima. Al haber más agua en el mar y estar a mayor temperatura, probablemente se produzca un incremento de las precipitaciones. Se preguntará el lector ¿y esto es no es bueno? Pues aquí surgen las incertidumbres: ¿va a llover en todas las regiones más y mejor que antes? Las predicciones indican que en las latitudes altas quizás aumente la precipitación, pero en las latitudes medias, en donde vivimos la mayor parte de la población humana, los cambios harán que aumenten los fenómenos adversos con mayor frecuencia de episodios de lluvias torrenciales, inundaciones, precipitaciones de granizo, tornados¿ etcétera. Además es posible que unas regiones tengan grandes periodos de sequía y en otras no. Los cambios climáticos no van a afectar a las regiones del mundo de la misma manera. En la península Ibérica se han podido detectar algunos cambios en el clima que afectan, en mayor medida, a la zona meridional. Así, la temperatura ha aumentado, la precipitación estival, es decir, la de origen tormentoso, también lo ha hecho. Por el contrario la que se produce en los inviernos ha disminuido ligeramente. En primavera, los frentes nubosos tienen más dificultades debido a que el anticiclón de las Azores se queda a vivir con nosotros más tiempo d e lo qu e lo hacía antes. Esto hace que en esta época del año las lluvias sean más débiles. La vegetación atlántica está invadiendo zonas en las que antes era del tipo mediterránea. Por tanto, el régimen de precipitaciones, un aspecto muy sensible en nuestro país, está cambiando significativamente en los últimos 30 años. Los fenómenos extremos han ido aumentando, especialmente los que tienen lugar en el verano. Piedras de hasta nueve centímetros de diámetro cayeron sobre la población de Alcañiz, en la provincia de Teruel, el 16 de agosto del pasado verano. Algo nada desdeñable. Todos los datos señalan que el número de tornados que afectan a la península Ibérica aumentan. Es probable que suframos un número superior a siete por año. El escenario que nos espera es el de un aumento de gases que hacen que el calentamiento del planeta prosiga. Vamos a ver si el incremento de las temperaturas consigue ser lento y pequeño. De no ser así, el cambio climático afectará a los ecosistemas, habrá una pérdida de producción agrícola, cambios en la vegetación, se recrudecerán las sequías, aumentarán las enfermedades infecciosas. Además, aumentarán los fenómenos meteorológicos extremos, con pérdidas humanas y económicas. ¿Qué podemos hacer? Si las cusas principales del cambio climático son las emisiones de gases invernadero, la solución que se nos presenta es la de consumir menor energía y mejorar nuestras costumbres de vida. Se trata de hacer un desarrollo sostenible con la vida en el planeta. Y en esto podemos entrar todos.

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