VUELTA DE TUERCA
La oposición de Rajoy
TRES semanas de actividad parlamentaria han sido suficientes, sin embargo, para que Rajoy destaque por su habilidad en la crítica al Gobierno Zapatero. Rajoy, que se prepara él solo, a mano, con letra menuda ininteligible para cualquier que no sea él mismo, sus intervenciones parlamentarias, le ha ganado ya al Gobierno varias batallas; la última, la de la condecoración militar de Bono, que el líder de la oposición le exigió que devolviera. Pero cuando más disfruta Rajoy, y se le nota, es cuando lanza a Zapatero pequeños golpes al hígado de la cohesión territorial española, que es, por seguir con el símil, la parte más blanda de la anatomía del Presidente, y luego le pide que reconsidere y, como en el caso de las selecciones deportivas autonómicas autorizadas para jugar en el extranjero «deje de decir tonterías».